Antioquia tiene presidencia del Senado. Así lo afirma con entusiasmo el senador Mauricio Lizcano (La U), quien si bien surgió en política en Manizales, nació en Medellín, donde vivió 17 años, es bachiller del San José de la Salle y hasta fue selección Antioquia de waterpolo.
Él y los otros 27 congresistas paisas se enfrentan a partir de hoy, cuando el presidente Juan Manuel Santos instale el tercer periodo de sesiones, a una de las legislaturas más decisivas en la historia reciente, por que serán el instrumento para la implementación del posible acuerdo de La Habana entre Gobierno y Farc.
Aparte de esto, cada uno tiene listo su arsenal de proyectos de ley, o de actos legislativos, que radicarán en los próximos días en Senado y Cámara, y que generarán impacto. Otros retomarán iniciativas que ya vienen en curso desde el periodo anterior.
Según Alejandro Cortés, del Centro de Análisis Político de la Universidad Eafit, los congresistas deberán hacer control político al proceso de paz: “vigilar que se respeten las reglas de las zonas de concentración de las Farc en Antioquia, exigir al Gobierno que cumpla y haga cumplir las reglas”.
Juan Antonio Zornoza, docente de Ciencia Política de la Universidad Nacional (sede Medellín), dice que la bancada deberá mediar en la implementación de los acuerdos de paz, trabajar con los gremios por el desarrollo del departamento y coordinar medidas para minimizar los conflictos ambientales por minería.
“Otras tareas son impulsar medidas de inclusión social de poblaciones vulnerables, promover y vigilar el proyecto del ferrocarril de la montaña”, agrega Zornoza.
Para José Olimpo Suárez, coordinador de la Maestría en Estudios Políticos de la Universidad Pontificia Bolivariana, todo el trabajo legislativo deberá estar relacionado con el proceso de paz, pero que también deberán ayudar para que Antioquia, tan golpeado por la violencia, vuelva a ser líder en infraestructura, internacionalización y producción industrial.