Metas por una vida digna en el mundo, a paso lento

ONU se muestra inconforme en el informe de los Objetivos de Desarrollo 2030.

Casi un 10 % de la población empleada en el mundo vivía en 2016 con menos de 1,9 dólares diarios. FOTO donaldo zuluaga.

Con la publicación del informe de la ONU de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2017, esta organización llamó la atención por el lento avance de estos indicadores, que tienen como fin mejorar las condiciones de vida del planeta a 2030.

Se trata de 17 objetivos específicos, que van desde acabar la pobreza, la desigualdad y el analfabetismo en el mundo, hasta mejorar las condiciones de vida en todo el globo por medio de energías renovables, reduciendo la contaminación y promoviendo el consumo responsable.

El lento avance del que habla la ONU se ve en las cifras: Aunque desde 1999, 1.000 millones de personas han salido de la pobreza extrema, para 2013 al menos 767 millones continuaban en estado de indigencia. “La globalización y el progreso tecnológico, en conjunto, han sido factores de inequidad. Ocho personas en el mundo tienen tanta riqueza como la mitad de la población global”, afirmó António Guterres, secretario general de la ONU, sobre el informe.

La otra gran preocupación, aparte de la lentitud, es que los avances en los objetivos han sido “desiguales a través de las regiones, entre los sexos y entre personas de diferentes edades, riqueza y localidades, incluyendo los habitantes urbanos y rurales”.

Por ello es necesario que los países del globo trabajen no solo en la velocidad sino en la inclusividad para cumplir con el plan acordado en 2015 por los países de la ONU.

El clima, en el centro

Las cifras sobre cambio climático también son desalentadoras. En la actualidad hay 2.000 millones de personas en el mundo que sufren escasez de agua. Nueve de cada 10 habitantes urbanos viven en ciudades en las que la contaminación es un peligro para la salud. El calentamiento del planeta continúa sin tregua y ha establecido una nueva máxima de 1.1 grados centígrados por encima de los estándares.

En el marco del Simposio Internacional de Crecimiento Verde y Política Económica del DNP que se realiza en Bogotá, expertos analizaron el informe e indicaron que, para el caso colombiano, se hace urgente fortalecer la institucionalidad para frenar el impacto del clima y así cumplir con los objetivos del milenio.

Gaël Giraud, economista jefe de la Agencia Francesa de Desarrollo, indicó que el tópico del agua será uno de los más importantes ahora y en los próximos años. “Es claro que una parte de la población de Latinoamérica no va a tener suficiente líquido. Ahora mismo, hay un problema en Bolivia de escasez y ya se empieza a sentir en algunas regiones de Colombia. Pero hay países en África del sur en donde la situación es más difícil, parte de la población no tiene agua para vivir”.

Las soluciones que plantea el experto frente a la escasez del recurso son que los países tengan instituciones fuertes, democráticas y que le apuesten al uso del agua como un bien común.

Reyer Gerlagh, director del Departamento de Economía de la Universidad de Tilburg, Holanda, señaló que el problema central en Colombia es que no está claro la propiedad y el derecho sobre el agua y tampoco sobre su uso. “El Gobierno Nacional tendrá que hacer un esfuerzo muy grande en establecer con urgencia estos temas y más cuando hay desplazamiento”, dijo el académico y aseguró que se puede presentar escasez en aquellas zonas que han estado abandonas por el conflicto y a las que hoy las comunidades están retornando. “La pregunta que nos debemos hacer es: ¿a quién le pertenecen los recursos locales? Esto debe quedar resuelto de manera formal y debe estar asociado a la problemática de a deforestación”.