Esta semana se realizó la primera de las tres jornadas de reflexión de los más de 1.300 jóvenes que asisten a la octava versión del ‘One Young World’, el encuentro de jóvenes más grande del mundo. Este espacio, que une muchachos de 196 países, se reúnen para intercambiar experiencias en varios temas: desde sus gustos por el arte, la literatura y la música, hasta propuestas para transformar el mundo y combatir fenómenos globales con la pobreza, la corrupción o los efectos del cambio climático.
El OYW es la primera vez que se realiza en Latinoamérica y le correspondió a la Capital del país, que le ganó la sede a París, Belgrado y La Haya.
“Este movimiento fue creado hace diez años por la fundación inglesa que dirigen Kate Robertson y David Jones y lo llevan por todo el mundo todos los años. Se logró hacer en Bogotá después de tres años de trabajo, gracias a la Cámara de Comercio y al Buró de Convenciones de Bogotá”, explica Sergio Alberto Vargas Páez, uno de los responsables de la organización.
“Todos los jóvenes que vienen son líderes influyentes en sus países y son delegados becados por empresas, instituciones y Gobiernos, esto no es que cada quién tenga con qué financiarse el viaje, sino que todos tienen que ganarse el cupo. Aquí los jóvenes llegan con propuestas, con trabajo social, con ideas. Esta es la selección más grande de jóvenes emprendedores de todo el mundo”, agrega Vargas Páez.