viernes
7 y 9
7 y 9
El enfrentamiento llegó a ligas mayores. Las palabras del presidente Iván Duque durante la entrega, el pasado martes, del Premio Nacional de Alta Gerencia 2018, aunque dirigido en general a los congresistas, tenía la intención intrínseca hacia las toldas rojas. “En vez de celebrar el hundimiento de proyectos ayuden a pasarlos”, manifestó el mandatario.
Sus palabras no cayeron bien en el Partido Liberal, el cual, a través de su cuenta oficial de Twitter, ese mismo día, publicó la pregunta: Señor presidente Iván Duque, ¿en algún momento le he pedido algún cargo, algún puesto en su gobierno? La pregunta estaba firmada por el expresidente César Gaviria.
La respuesta del presidente llegó ayer: “Voy a ser muy claro, con ningún líder político hablo yo de repartijas burocráticas ni de puestos”, expresó.
Este altercado es la continuación de lo vivido hace pocos días por la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, y el presidente de la Cámara de Representantes Alejandro Chacón (Liberal), quienes se culparon mutuamente por la falta de trámite de la reforma a la justicia. La ministra insinuó que el liberalismo quería su cargo, afirmación que molestó al expresidente Gaviria. Chacón por su parte, criticó a Borrero por “ineptitud y falta de conocimiento”.
Sin profundizar en los motivos ni formas, Chacón influyó en el hundimiento de la reforma y no es la primera vez que presenta actitudes similares. En 2012 integró la comisión de conciliación que analizaba la reforma de la rama judicial, la cual añadió varios “micos” y obligó al gobierno de Juan Manuel Santos a desistir de la propuesta.
Así las cosas, en el acalorado momento de las relaciones del Gobierno con el Congreso el Partido Liberal es protagonista. El expresidente Gaviria incluso, estaría dispuesto a volver a la Casa de Nariño a expresarle a Duque su molestia por los señalamientos que le hacen a él y al liberalismo.
Sobre la pregunta del Partido Liberal al presidente Duque en redes sociales, Mauricio Gómez Amín, senador liberal, le dijo a EL COLOMBIANO que “el expresidente Gaviria lo hizo porque hay mucho ruido en la calle y por las palabras de la ministra Borrero. Ni el partido ni Gaviria piden puestos, no condicionamos nada. Nosotros nos debemos al país y no al presidente Duque”.
Añadió que faltó comunicar mejor la reforma a la justicia e invitó a la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, a que sirva de puente para que no fracase la próxima vez. “La ministra Borrero cometió el error de pelear de tú a tú con el presidente de la Cámara, ella sabe de justicia, pero poco de relaciones interpersonales. No supo decir qué era lo que quería el Gobierno, ni lo concertaron con las altas cortes. Siempre estamos dispuestos a votar la reforma pero no así, a los atropellos”.
Para el coordinador de la Maestría en Estudios Políticos de la UPB, José Olimpo Suárez, “el expresidente Gaviria está jugando duro para legitimarse como jefe de lo que quedó de Partido Liberal. Juega con el Gobierno. Chacón comenzó con actitud positiva frente al Gobierno y fue evidente que los ataques llegaron por órdenes de Gaviria, que busca sumar puntos porque el ejecutivo entrará a negociar con los partidos y van a tener que hablar con él, incluso antes que con el Partido Conservador”.
Héctor Riveros, director del Instituto de Pensamiento Liberal, dijo que el problema radica en que Duque no cambió la mermelada por nada. “Hay que cambiarla por algo, pero no por un pacto de adhesión que es lo único que ha ofrecido. En todo el mundo funcionan la coparticipación para definir políticas públicas, pero aquí estamos como cuando dos niños salen a bailar, no saben qué hacer. Así es la relación con el Gobierno”.
Hace un par de semanas, cuando las fisuras entre el ejecutivo y el legislativo salían a la luz, y los proyectos comenzaban a correr el riesgo de no ser aprobados, el expresidente y senador Álvaro Uribe emprendió la búsqueda de alianzas para salvar reformas del gobierno Duque. Se reunió con Gaviria pero todo indica que no hay avances.
Para el docente Suárez, “Uribe trata de liderar un partido de gobierno que aún no tiene fuerza. Hay algunas figuras, pero no parecen jugar en ese equipo. Eso influye”.
Según el senador del Centro Democrático, Santiago Valencia, “la relación con el Partido Liberal ha sido difícil. Tengo conocimiento de al menos dos reuniones de ministros con Gaviria para discutir proyectos, en los que aparentemente queda tranquilidad por parte de él y después sale a atacar los proyectos. No puedo afirmar si es un problema burocrático, pero más que independientes están jugando un papel de oposición sin razón”.
El plan B del Gobierno será la cumbre de partidos políticos en enero, en la cual esperan lograr los acercamientos que no fueron efectivos con el Congreso en los primeros meses. Si requieren que sus grandes reformas sean aprobadas, tendrán que ceder algo con una colectividad que demostró que tiene incidencia y poder sobre la agenda política.