La emergencia humanitaria que se vive en el municipio del Alto Baudó, en Chocó, podría agudizarse aún más ante el inminente desplazamiento de familias de comunidades indígenas y afrodescendientes habitantes en el norte de esa localidad.
Denuncias recibidas por EL COLOMBIANO de líderes que han llegado hasta Pie de Pató, cabecera municipal del Alto Baudó, apuntan a que las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), siguen con presencia entre los caseríos, aumentando el temor ante un posible enfrentamiento con el Eln, guerrilla que históricamente ha tenido presencia en esas poblaciones selváticas y ribereñas del río Baudó.
“Los hemos visto por Platanares, sentados junto al río. Están muy bien uniformados y muy armados. Si usted no los mira bien, puede confundirlos con los soldados”, expresó uno de los desplazados que pasa sus noches en el coliseo de Pie de Pató y pidió reserva de su nombre por temor a ser asesinado.
A este último caserío han llegado desde el pasado sábado 475 personas, que conforman 162 familias, según el censo preliminar realizado por al Defensoría del Pueblo y la Personería Municipal. El posible desplazamiento de otras comunidades afectadas por las intimidaciones de los grupos ilegales que han comenzado a llegar a esa zona del departamento desde el Bajo y Medio Baudó y río Quito, para, según fuentes de Inteligencia Militar, generar un cerco a los guerrilleros del Eln.
El Defensor del Pueblo, Luis Enrique Murillo, reconoce que la situación en el Baudó sí se ha agravado más “por el contexto de disputa territorial que sostienen las AGC con el Eln, que se pelean el territorio y la gente. Los Gaitanistas han avanzado mucho y ganado terreno en la zona y eso ha costado muchos muertos”. Una de esas muertes ocurrió en la madrugada del domingo, cuando el conductor de una lancha, conocido como Jesús María, fue sacado de la población y asesinado a cinco minutos de esta.
“Eso muestra la grave situación de seguridad. Que saquen una persona del pueblo y la asesinen muestra la debilidad en esa materia”, asevera Murillo, quien explica que hay comunidades confinadas en el sur del municipio con un riesgo latente de desplazarse.
El Defensor explica que la capacidad de respuesta de las autoridades municipales ante la emergencia humanitaria es poca, tanto, que han solicitado ayuda de la Gobernación y de entidades de apoyo internacional para que brinden algún tipo de protección a estas comunidades, necesitadas de objetos de aseo personal, colchonetas, pañales para niños y alimentos no perecederos.
El llamado también lo hizo el personero municipal de Alto Baudó, Dayro Palacio, al dirigirse al Gobierno nacional solicitándole acciones concretas para atender a esta población que por ahora se refugia en la casa comunal, lo que ha comenzado a generar algunos problemas de salubridad.
“El tema económico lo van a sentir muy fuerte porque ellos salen de sus territorios y dejan todo, sus sembrados, sus animales, su economía y al retornar no van a encontrar lo mismo”, precisa Palacio.