A sus 26 años, Esneider de Jesús Caro confiesa que su escuela fue el conflicto armado. En vez de leer un libro, aprendió a disparar un fusil, las clases que recibió fueron de táctica y disciplina militar, no de matemáticas, sociales o ciencias. Sin embargo su sueño de convertirse en un químico nunca se esfumó, y por eso, una vez dejó las armas con el resto de sus compañeros se dedicó a estudiar y ahora hace parte de un grupo de 33 excombatientes que se graduaron como bachilleres en los diferentes municipios donde están los Espacios Territoriales de Capacitación y Reintegración ETCR en Antioquia.
“Como excombatiente es muy importante graduarme en esta etapa del posconflicto, porque durante todos los años que estuve en guerra no tuve la oportunidad de coger un libro y estudiar a fondo, y ahora en esta nueva etapa pienso profesionalizarme en lo que me gusta , la química y así tener expectativas de muchas más cosas”, dice Esneider, quien obtuvo su diploma en el municipio de Anorí.
Precisamente en ese municipio del nordeste antioqueño hay un ETCR en la vereda la Plancha, allí, según Marco Tulio Nuñez, Enlace Local de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, hay alrededor de 140 exguerrilleros, 90 de los cuales están cursando primaria. “Este es el motor de transformación para sus vidas, la educación es la única forma de abrir caminos y abrir puertas, estos muchachos recién certificados tal vez tendrán un mundo de oportunidades, entonces desde aquí empieza el cambio y lo que necesita el país”, añade Marco.
Según datos de la Oficina del Alto Comisionado de Paz, en Antioquia hay 346 excombatientes de Farc nivelando sus estudios en primaria y secundaria en los ETCR de Vigía del Fuerte, Dabeiba, Anorí, Remedios e Ituango. Para el 2018 se espera la segunda tanda de graduaciones.