En el pulso final de la mesa de negociaciones, nadie quedará totalmente satisfecho. Los tres actores principales, el Gobierno, las Farc y las víctimas, tendrán que sacrificar ciertos anhelos para conseguir unos objetivos.
En los tres años y un mes de conversaciones, son más las cosas que ha ganado cada actor que las pérdidas, sin embargo, decidir si los efectos de las decisiones serán positivos o negativos, en la realidad, depende del valor que cada uno le dé a lo acordado.
El docente Jorge Giraldo, miembro de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas que participó en La Habana, estima que las Farc tuvieron una victoria relativa con el acuerdo sobre justicia, “esa satisfacción se les notó”.
Cree que los insurgentes han perdido tiempo, por lo que al final habrá un acuerdo tardío y en condiciones distintas a lo pactado cuando comenzaron los acercamientos en 2011. “El entorno internacional les cambió, ya es más negativo para ellos, por las transformaciones en Cuba, Venezuela y Argentina”, narra.
Según Giraldo, el Gobierno ha ganado porque logró llevar este proceso a una instancia definitiva, en la cual “las condiciones para que termine bien están dadas”; no obstante, la demora hace que tenga un margen más estrecho para la implementación de los acuerdos y muchas cosas quedarán en manos del próximo Presidente.
Una opinión distinta tiene el general (r) Harold Bedoya, excomandante de las FF.MM., para quien las víctimas, el Gobierno y la población civil son los derrotados. “El éxito de las Farc es que pasaron de ser narcos y terroristas, a unos ‘perseguidos por un Estado criminal’. El país entero ha sufrido daño moral y sicológico, no ha tenido beneficios en este proceso de paz, porque ahora los guerrilleros parecen las víctimas y los militares son considerados los victimarios de la tragedia nacional”, dice.
Para el abogado Ricardo Hoyos, expresidente del Consejo de Estado, las víctimas han ganado protagonismo real en la vida nacional; y las Farc, poder de interlocución con el Estado.
A su parecer, el Gobierno perdió credibilidad de cuenta de la duración de las conversaciones, “eso ha generado desgaste en la opinión pública”.
Regístrate al newsletter