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Invisibles, nuevos dueños del negocio de la cocaína

Las autoridades deben depurar sus estrategias de persecución, pues tienen nuevas formas de traficar.

  • Pese a la lucha contra el narcotráfico, los capos en Colombia se transforman. FOTO: Colprensa
    Pese a la lucha contra el narcotráfico, los capos en Colombia se transforman. FOTO: Colprensa
Invisibles, nuevos dueños del negocio de la cocaína
15 de marzo de 2018
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Se siguen sintiendo los dueños del mundo, se pasean por los centros financieros del país y asisten a clubes prestigiosos. Los narcos de hoy no se hacen notar con lujos como ocurría antes, así tienen la garantía de no ser excluidos por la alta sociedad y se camuflan en trabajos respetables, incluso tienen empresas legales rentables en Medellín, Cali o Bogotá, nadie sabe, ni quiere saber de sus acciones ilegales.

Así lo perfila el primer informe del Observatorio Colombiano del Crimen Organizado, conformado por Insight Crime y la Universidad del Rosario, titulado “La nueva generación de narcotraficantes colombianos post-Farc: los invisibles”. Este análisis, elaborado con información recopilada en 2017, da cuenta de que los nuevos dueños del negocio de la coca “no tocan nunca un kilo de droga, y mucho menos una pistola 9mm chapada en oro. Sus armas son un teléfono móvil encriptado, una variada cartera de negocios establecidos legalmente y un íntimo conocimiento de las finanzas mundiales”.

Para Jeremy McDermott, codirector de Insight Crime, los años que llevan los narcos colombianos exportando droga al mundo les han permitido saber a ciencia cierta que “el dinero es mucho más efectiva que el plomo”, y que la violencia es contraproducente para el negocio. Así que dejaron atrás el legado de Pablo Escobar o de los hermanos Rodríguez Orejuela, y no quieren ser como los guerrilleros o como los jefes de las bandas criminales que, como “Otoniel”, viven en el monte, escondidos, de cambuche en cambuche, llenos de miedo porque tarde o temprano las autoridades darán con ellos.

Cedieron el negocio de Estados Unidos a los mexicanos, que llegan a Colombia a comprarle a diferentes bandas. Incluso, ayer, el fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, señaló que la creciente presencia de narcotraficantes mexicanos en Colombia se estaba convirtiendo en “amenaza para seguridad nacional”.

Ahora, desafortunadamente, la ganancia más grande está en Europa: un kilo de cocaína en Colombia vale alrededor de US$3.000; en EE. UU. cuesta más de US$20.000 (una ganancia de 600%); en Europa Occidental se vende por US$35.000 (un beneficio de entre 900 y 1.500 %); en Europa del Este puede valer hasta US$60.000 (1.900 %). Tal vez el mercado ilegal más lucrativo del mundo sea Australia, donde cuesta más de US$100.000 (más del 3.000 %).

Las organizaciones

El estudio explica que además de los invisibles, el negocio es copado por las disidencias de las Farc que van desde el centro del país hasta la frontera con Venezuela por la Orinoquía. Esta estructura corresponde a lo que fue conocido como el Bloque Oriental y que, al mando de Néstor Fernández, alias “Iván Mordisco”, empezó como una pequeña disidencia de 80 hombres y ya cuenta con entre 1.000 y 1.500 combatientes.

También hay otro grupo que hacía parte de las Farc y no se desmovilizó, es llamado en el informe como las Farcrim: se trata, por ejemplo, de la ‘Gente del Orden’ que opera en Nariño con cerca de 300 hombres. Pero sin duda el gran ganador de la salida de más de 10.000 hombres de las Farc del negocio de la coca es el Eln.

“Fortalecido por la expansión territorial y por antiguos elementos de las Farc, el Eln se está convirtiendo rápidamente en el actor más importante de la primera etapa del narcotráfico colombiano, especialmente a lo largo de la costa del Pacífico”, dice el informe.

Por otro lado están “los Urabeños”, en declive por la constante presión de las fuerzas de seguridad del Estado.

Tarea de políticos

De acuerdo con el Ministerio de Defensa, en lo que va corrido de 2018, la Fuerza Pública ha incautado 60 toneladas de clorhidrato de cocaína; solo en enero se erradicaron 1.615 hectáreas de coca y se inmovilizaron 73 vehículos, 10 aeronaves y 12 embarcaciones pertenecientes a organizaciones narcotraficantes. “La lucha es frontal y permanente”, dice el ministro Luis Carlos Villegas.

Sin embargo, a McDermott le preocupa que ningún candidato presidencial para los próximas elecciones ha tratado con seriedad e innovación el tema del narcotráfico, cuando es evidente que los capos sí innovan todo el tiempo.

Considera que cuando se conozca la cifra de cultivos ilícitos de 2017, que será revelada por la ONU en julio, se verá un aumento del área cultivada, aunque no tan sostenido como venía ocurriendo.

No se trata de un problema exclusivo de Colombia. “En la actualidad no existe ningún organismo regional que desarrolle estrategias y políticas sobre drogas para la región, ni que analice estratégicamente las amenazas que presenta el crimen organizado. Esto debe convertirse en una prioridad”, recomienda el informe .

Infográfico

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