Además de que tendrá que ponerse al frente de asuntos tan complejos como la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, la crisis carcelaria y la fumigación de cultivos ilícitos, el nuevo ministro de Justicia, Enrique Gil Botero, tendrá que buscar una concertación con las altas cortes y sumar esfuerzos a la lucha contra la corrupción estatal.
Esas fueron las tareas que le puso ayer el presidente Juan Manuel Santos durante su posesión al advertir que una de las prioridades de la cartera será avanzar hacia un sistema en el que los jueces se dediquen a impartir justicia.
“Los jueces deben dedicar su tiempo y capacidades en acercar la justicia a los colombianos, para que podamos acudir a ellos a la hora de tramitar cualquier diferencia, lejos de la violencia y la ilegalidad”, dijo Santos y agregó que los magistrados no deben tener labores ajenas a su esencia, como funciones electorales que, incluso, subrayó Santos, existe el riesgo de una politización.
En tal sentido el mandatario anunció que el ministro adelantará dicha concertación, que busca revisar las funciones propias de las cortes, ya que varios de sus miembros “han expresado esta misma inquietud sobre la inconveniencia de distraer las funciones judiciales con atribuciones electorales” y agregó que esta iniciativa es propia del ministro Gil.
Entretanto, Gil Botero destacó, en conversación con este diario, que él considera que su principal reto será la implementación de la JEP, destacando que este será el primer ministerio de Justicia del posconflicto. “Estudiaré el tema de los acuerdos y tomaré las medidas y políticas para luchar por la implementación de los acuerdos. Por lo que he percibido hay un equilibrio, y sino debe haberlo. La JEP debe ser incluyente, porque no se puede hablar de paz con rupturas. Como decía Kelsen, el derecho es un ordenamiento de paz”.
Frente al tema carcelario advirtió que hay que buscar estrategias que humanicen y posibiliten un mejor tratamiento, que sea afín al fenómeno de la resocialización. “Hay que generar una política criminal más abierta, que tenga unos fines, que entienda la libertad como un principio, un valor y un derecho”.
