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Duque contará con una bancada sólida y una lángida oposición en número, pero con voces fuertes como las de Gustavo Petro, Jorge Enrique Robledo, Antanas Mockus y Angélica Lozano.
Iván Duque, presidente electo, llegará al Congreso con una coalición robusta que le da una gran oportunidad para sacar adelante las reformas que requieren de su aprobación. Hasta el momento, cerca del 80% del Congreso lo respaldaría, aunque hay bancadas que todavía no se deciden por completo o están divididas. No obstante, la oposición también será protagonista estos cuatro años.
La agenda legislativa del nuevo presidente no se ha presentado formalmente y será necesario esperar a su posesión, el 7 de agosto, para conocerla. Pero, en su discurso de ayer, Duque dejó ver cuáles serán esos aspectos fundamentales en los que trabajará su Gobierno.
Anunció los ajustes del Acuerdo de paz que se logró con la extinta guerrilla de las Farc. Hizo especial énfasis en reglamentación de la Justicia Especial para la Paz (JEP), que precisamente ayer fue aplazada, hasta que una comisión se reúna con Duque para definir cambios.
“Esa paz que añoramos, reclama correcciones y las tendrá, para que las víctimas sean el centro del proceso y garanticemos verdad, justicia, reparación y no repetición”, dijo en su discurso.
Además se comprometió a adelantar una reforma al sistema de Salud que garantice el aseguramiento y la recepción de medicamentos. La propuesta que llevará al Congreso, tendrá que plantear el mecanismo para “eliminar las malas y dejar las buenas”, como dijo en campaña.
Otro de los frentes urgentes que está en la hoja de ruta es la seguridad. Cuyo reto está expresado tanto en zonas rurales enfrentando las organizaciones criminales, como en las principales ciudades.
“La seguridad es un valor que nos permite edificar una mejor sociedad, donde estemos libres de miedo y en verdadera paz”, sostuvo el recién elegido.
Según Jairo Libreros, profesor de la escuela de Gobierno de la Universidad Externado, “Iván Duque tiene un amplio respaldo de distintas bancadas. El Centro Democrático, un conjunto de parlamentarios disciplinados y sólidos. Además, cuenta con los partidos tradicionales que se sumaron en la campaña. En los dos primeros años será fácil adelantar reformas legislativas y proyectos de ley”.
Sin embargo, el analista advierte que con el panorama actual no es raro que se dé vida al transfugismo, “hay partidos, entre ellos La U y Cambio Radical, que buscarán un mecanismo para fusionarse o dejar en libertad a sus congresistas. Son dos las fuerzas que no tienen vocación histórica por lo que van a necesitar, antes de las próximas elecciones, cambiar las reglas de juego”.
Además, el nuevo presidente deberá hacer una reforma a la justicia y una política, esta última, que le permita acabar con la llamada Mermelada, como fue su promesa.
Para ejecutar estas propuestas el presidente requiere presentar proyectos de reforma a la Constitución que necesitan, para ser una realidad, mayorías en ocho debates. Es decir, que tendrá que hacer uso de los apoyos que hasta el momento ha consolidado en el Congreso.
¿Qué tan sólido es este respaldo? Duque llega a la Casa de Nariño con un apoyo robusto. El Centro Democrático tiene la mayoría en el Senado (19) y en la Cámara es la segunda fuerza (32). En total son 51 congresistas.
Cambio Radical tiene 16 asientos en el Senado y 30 en la Cámara lo que suma 46. El Partido Conservador tiene 15 asientos en el Senado y 21 en la Cámara. Estas son las fuerzas que de seguro apoyan al nuevo mandatario.
El Partido de la U, que dejó en libertad a sus militantes para la segunda vuelta, seguramente apoyará al nuevo gobierno. Los únicos senadores que no se sumaron fueron Roy Barreras y Armando Benedetti. Sin embargo, su participación burocrática se prevé baja, Duque no los buscó ni los necesitó en campaña, fueron ellos quienes llegaron luego de su triunfo en primera vuelta. Esta colectividad tiene 14 senadores y 25 representantes.
En el Partido Liberal, la situación tampoco está clara. No se sabe si toda la bancada se va a sumar al llamado del jefe de la colectividad, César Gaviria, para apoyar a Duque.
Quienes están jugados con el nuevo gobierno son, por lo menos, 41 parlamentarios que firmaron la adhesión. Los liberales en el Congreso tienen 49 sillas (14 en Senado y 35 en Cámara). Es decir, que la oposición al interior de la colectividad no pasa de los 7 parlamentarios, entre los que están Luis Fernando Velasco, Andrés Cristo y Gillermo García Realpe.
Además, las bancadas de partidos cristianos como el Mira y el Colombia Justa y Libres, que expresaron desde la primera vuelta su apoyo a la campaña duquista, entrarán a respaldarlo con tres senadores y un representante.
El actual Gobierno también tendrá que enfrentar una férrea resistencia de aquellos que no resultaron ganadores en estas elecciones. Primero llegarán al Congreso Gustavo Petro, al Senado, y Ángela María Robledo a la Cámara. Ambos complementarán la lista de la decencia que en este momento tiene cuatro senadores y dos representantes, lo que los dejaría con 8 sillas en el legislativo.
El Polo Democrático, que ha estado sentado en la oposición durante los gobiernos de Uribe y Santos, seguirá así. La cabeza de esa colectividad la tiene Jorge Enrique Robledo y junto a él están cuatro senadores y tres representantes. Acompañándolos también irá el Movimiento Alternativo Indígena y Social que tiene una curul en la Cámara. Aunque no llegaron por voto popular, es apenas obvio que los 10 congresistas de la Farc, mantendrán una férrea crítica a Duque.
Sin encasillarse como opositores, pero planteando una distancia crítica, estará la Alianza Verde con 10 curules en el Senado y 9 en la Cámara. El partido que respaldó a Sergio Fajardo en primera vuelta se opuso al programa del candidato uribista. Pese a que es una ficha fuerte, la excandidata a la vicepresidencia, Claudia López, ya no estará en el Congreso, pero los verdes cuentan con pesos pesados como Antanas Mockus y Angélica Lozano.
Según Carlos Arias, profesor de la maestría en Comunicación Política de la Universidad Externado, “la oposición debe capitalizar los votos que logró en cabeza de Gustavo Petro y sumar a aquellas bancadas que no se han adherido abiertamente a Duque. Ellos deberán actuar en bloque para obligar al Gobierno a concertar. Además, deberán oponerse a las modificaciones extremas sobre lo acordado en la Habana con la extinta guerrilla de las Farc”.
A su turno, Óscar Palma Morales profesor de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, sostuvo que “el papel de la oposición será el de garantizar el control político, citar a los miembros del gabinete y pasar proyectos de ley que no estén ligados a la agenda de gobierno con propuestas diferentes e interesantes. El papel que ha jugado la oposición en Colombia ha sido muy bueno. Ahora bien, tendrán que someterse a la voluntad de quienes estén en las mesas directivas para que sus proyectos hagan parte del orden del día, una tarea que no será fácil, pues las mesas están ocupadas por quienes alcanzaron las mayorías”.
En el 2010 Juan Manuel Santos llegó al poder y conformó la bancada de gobierno de la Unidad Nacional con los partidos de la U, Liberal, Conservador y Cambio Radical. Lo que representaba un 58%.
Para el 2014, la configuración cambió y el mandatario llegó con 67 senadores y 119 representantes de los mismos partidos y fueron claves para el trámite de reformas, pero, firmado el Acuerdo de paz, el apoyo empezó a flaquear, Cambio Radical y el Partido Conservador dieron un paso al costado.
Duque tendrá una amplia mayoría en el Congreso, incluso más nutrida que la que tuvieron Uribe y Santos. A diferencia de Santos, quien buscó a los partidos para que le ayudaran a ganar en segunda vuelta contra Óscar Iván Zuluaga; esta vez, fueron las colectividades las que se sumaron al ahora presidente electo, sin que mediaran compromisos burocráticos.
Así las cosas, la era Duque, contará con por lo menos 220 parlamentarios, entre Senado y Cámara, tendrá mayor capacidad reformista que la reconocida “aplanadora uribista” y la coalición de Unidad Nacional de Santos. Tiene entonces la posibilidad de hacer las reformas. .