En menos de un mes, la Fiscalía General de la Nación reveló la columna vertebral del que será el escándalo del año no solo en Colombia sino en América: los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht para quedarse con megaproyectos en todo el continente.
En Colombia su modus operandi estuvo liderado, según la Fiscalía, por el viceministro Gabriel García Morales y por el exsenador Otto Bula. Ambos están hoy con medida de aseguramiento y ya comenzaron a revelar la red con la que conseguían los contratos, en este caso, de la Ruta del Sol 2 y de la vía Río de Oro-Gamarra en Cesar.
Esta semana, además, la Procuraduría llamó a indagatoria al actual presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura, Luis Fernando Andrade, quien deberá explicar cómo se adjudicaron estos proyectos. Entretanto, el expresidente y senador Álvaro Uribe y la exministra Gina Parody están enfrascados en un enfrentamiento verbal por el otrosí que se firmó en la Ruta del Sol 2, y que según Uribe, favoreció a la familia de la exministra Parody.
Y aunque el proyecto de navegabilidad del río Magdalena había quedado, hasta hace unas semanas por fuera de las investigaciones, el viernes fiscal Néstor Humberto Martínez anunció que escucharon nuevos testimonios en el caso y por decidió retomar la indagación. Se espera que en los próximos días, el ente acusador revele los nombres de quienes habrían recibido coimas para adjudicar este contrato con Cormagdalena.
Frente a todo este escándalo, el presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), Juan Martín Caicedo Ferrer, le dijo a este diario que esto ensombrece “un esfuerzo que ha venido haciendo el país para sacar adelante su infraestructura”. Además, reveló que hicieron una encuesta a 460 empresarios en las que encontraron que el soborno en las regiones los empresarios lo cuantifican en un 14 % del valor de los contratos e invitó a que se denuncie.