Las noticias son negativas, la contaminación del aire lo incomoda. El sufrimiento polula y la codicia es la bandera de personas a su alrededor. No es raro entonces que el sentido de agradecimiento no sea común.
Sin embargo, las ciencias sociales han encontrado beneficios en hacerlo. Todos los seres humanos tienen la capacidad de cultivar la gratitud. Esto dice Amy Morin, psicoterapeuta de la Universidad de New England en la charla Ted “Los secretos para hacerse mentalmente fuerte”.
Una práctica en la que ha estado trabajando el psicólogo de la Universidad de Indiana Joel Wong, que relata en la revista Greater Good Magazine. Esto ya que varios estudios realizados han encontrado que las personas que cuentan sus bendiciones tienden a ser más felices. Estas son cuatro conclusiones que surgen del trabajo de Wong una investigación con 300 adultos, publicado en 2016 en la revista Psychotherapy Research. Los dividieron en tres grupos. Al primero le propusieron escribir cartas de agradecimiento, al otro escribir sobre sus experiencias negativas y al tercero no se le dieron indicaciones.
1. Libera emociones tóxicas
Al analizar las palabras utilizadas por los participantes, los investigadores pudieron entender los mecanismos detrás de los beneficios para la salud mental de la redacción de cartas de gratitud. Los del grupo de escritura usaron un mayor porcentaje de palabras positivas y una proporción menor de negativas, que los demás.
Las personas que usaron palabras de emoción más positivas en sus cartas no necesariamente tuvieron una mejor salud mental. Fue solo cuando usaron menos palabras de emociones negativas que tuvieron una probabilidad mayor de reportar una mejor salud mental. Fue la falta de palabras de emoción negativa, no la abundancia de palabras positivas lo que explicó la brecha de salud entre los grupos. Lo que sugiere que agradecer produce una mejor salud al desviar la atención de las emociones tóxicas, como el resentimiento y la envidia.
2. Ayuda aún si no la comparte
Solo el 23 por ciento de los participantes que escribieron cartas de gratitud las enviaron. Sin embargo, aquellos que no las mandaron disfrutaron de los beneficios de experimentar la gratitud. Las exploraciones sugieren que los beneficios para la salud mental de escribir cartas de gratitud no dependen de la comunicación a otra persona. Recomiendan que si se siente agradecido con alguien, pero no está seguro de si quiere que esa persona lo sepa, igual escriba.
3. Beneficios toman tiempo
Estos no surgieron de inmediato, sino que se fueron acumulando. Aunque los diferentes grupos no difirieron en los niveles de salud mental una semana después del final de las actividades, los individuos en el grupo de gratitud reportaron mejor salud mental que los otros cuatro semanas después de escribir. La conclusión de Wong es que si se escribe para agradecer, no se sorprenda si no se siente mejor inmediatamente después de escribir. Sea paciente.
4. Efectos duraderos
Tres meses después de que comenzaran las sesiones, los investigadores tomaron a algunas de las personas que escribieron cartas y las compararon con las que no. Querían saber si sus cerebros estaban procesando la información de manera diferente. Utilizaron un escáner por resonancia magnética funcional para medir la actividad cerebral mientras recibían dinero, que les pedían que lo pasaran a alguien si se sentían agradecidos. Los participantes decidían si compartir el dinero o no con una causa benéfica.
Descubrieron que cuando las personas se sentían más agradecidas, su actividad cerebral era distinta a la relacionada con la culpa y el deseo de ayudar. Encontraron que cuando las personas están más agradecidas dieron más dinero a una causa, mostraron una mayor sensibilidad neuronal en la corteza prefrontal medial, un área del cerebro asociada con el aprendizaje y la toma de decisiones. Esto sugiere que las personas que están más agradecidas están más atentas a cómo expresan su gratitud.
Lo más interesante es que cuando compararon a los que escribieron las cartas de gratitud con los que no lo hicieron, los redactores mostraron una mayor activación en la corteza prefrontal medial cuando experimentaron gratitud en el escáner de resonancia magnética funcional. Este efecto sorprendió a los investigadores.
Expresar gratitud puede tener efectos duraderos en el cerebro. Aunque no es concluyente, este hallazgo sugiere que practicar la gratitud puede ayudar a entrenar al cerebro para que sea más sensible a la experiencia de gratitud en el futuro, y esto podría contribuir a mejorar la salud mental.