¿Será radical la oposición a Duque?

La Alianza Verde, encabezada por Antanas Mockus y el Polo Democrático de Jorge Robledo, harán oposición. FOTO Colprensa

La oposición ya no está representada por un sector, como durante toda la historia republicana, o por dos, como ocurrió en los gobiernos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos. Ahora está protagonizada por seis sectores diferentes, cada uno con sus líderes y estructuras, que podrán coincidir o no por momentos.

El nuevo Estatuto de la Oposición (Ley 1909 de 2018) les dará reconocimiento, de manera individual, a los partidos que se declaren como adversarios del gobierno de Duque. Ellos son la Farc, Colombia Humana, Alianza Verde, Polo Democrático, la Unión Patriótica y el Mais.

También es la primera vez que la oposición, o un sector de ella, el que lidera el senador, Gustavo Petro, recibe al nuevo presidente con movilizaciones en diferentes partes del país para rechazar el asesinato de líderes sociales y por el descontento con el gobierno que inicia.

¿Podrán coincidir?

La semana pasada estuvo a punto de darse una reunión entre los senadores Gustavo Petro y Jorge Robledo, antiguos coequiperos, ahora adversarios políticos, pero ubicados en el mismo sillón de la oposición.

Robledo dijo que por asuntos domésticos del excandidato presidencial la reunión no se dio, pero que sí se hará en los próximos días, y que espera que en muchas cosas se puedan unificar con los demás sectores contrarios a Duque.

Sobre si harán una oposición radical, sin valorar proyectos que le puedan servir al país, solo porque sean iniciativa del Ejecutivo, afirmó que es el desacuerdo el que los lleva a la oposición, de la misma manera que lo fueron con Uribe y Santos.

También explicó que no ve fácil que coincidan en algunos temas con el nuevo Gobierno, porque las concepciones ideológicas de Duque distan mucho de las del Polo. “Uno se ve a gatas para encontrar una diferencia entre Duque, Uribe y Santos si quita el Acuerdo de paz. En estos últimos cuatro años el santismo y el uribismo votaron las leyes de la misma manera, excepto las relacionadas con la paz”.

El senador Juan Luis Castro de la Alianza Verde, afirmó que será una oposición constructiva. “Apoyaremos lo que le convenga al país y nos opondremos a lo que consideremos negativo. Un inamovible es la paz”.

Así como aún está lejos un posible encuentro entre Duque y ‘Timochenko’, tampoco se ve cercano un café entre el presidente y los principales líderes opositores, pese que el mandatario ha hablado de hacer un gran pacto sobre lo fundamental para el desarrollo del país.

Ante este panorama, el exsenador Jaime Amín, ahora Consejero Presidencial para Asuntos Políticos, le dijo a EL COLOMBIANO, que el presidente Duque enmarcará sus relaciones con los otros poderes públicos como lo ordena la Constitución, es decir, con colaboración armónica y respetuosa y que, en lo concerniente con el Congreso, se respetará, con transparencia, el ejercicio de los derechos de los partidos que están en oposición.

“Este Gobierno pretende impulsar una agenda legislativa transformadora, incluyente, abierta al diálogo con las bancadas de Gobierno”.

Sobre si existe la posibilidad de que, al menos, delegados del Gobierno se sienten a dialogar con los verdes, los petristas y el Polo, Amín afirmó que en el marco de unas relaciones de respeto e independencia, será bienvenido el diálogo.

También hizo un llamado para que la oposición crítica y constitucional se haga sin apelar a la pugnacidad que desvalorizar el debate.

Pedro Piedrahita, docente de Ciencia Política de la Universidad de Medellín, argumentó que como todas las oposiciones radicales, estas podrían terminar convirtiendo la política en teología. “La oposición debe encontrar puntos comunes con el Gobierno para el bien del país”.

Para Pedro Pemberty, director del Departamento de Ciencia Política de la U. Nacional, sede Medellín, si Duque se convierte en protector del expresidente Uribe, se rompería la posibilidad de diálogo con la oposición. “Cuando se trate de asuntos de Estado, debe haber una relación de apoyo y no seguir en el juego de la polarización”.