Tumaco amaneció ayer sin energía eléctrica debido a un atentado contra dos torres de conducción. Muy cerca de allí, en la zona de frontera, pero ya en el lado ecuatoriano, las autoridades reportaron el secuestro de tres periodistas del periódico El Comercio, quienes se encontraban en la zona de Mataje, provincia de Esmeraldas.
Esas son las últimas novedades que ocurrieron en la región de separa a Colombia de Ecuador y que se suman a una serie de hechos que evidencian el conflicto que se vive por cuenta de la siembra, tráfico y comercialización de coca, y que para las autoridades de ambos países tienen un claro responsable: las disidencias de las Farc, específicamente del frente Óliver Sinisterra, liderado por alias Guacho.
Históricamente, la frontera con Ecuador, especialmente la zona costera (Pacífico), ha sido una región codiciada por los grupos armados ilegales debido a las facilidades que el clima y la topografía ofrecen para cultivar, procesar y sacar la droga por la vía al mar.
Para Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, Cerac, el problema de seguridad en la frontera con Ecuador no viene con el surgimiento de las disidencias de las Farc, es ubn asunto con mucha más historia en la que se han visto involucrados más grupos armados ilegales.
“Esa zona siempre ha sido de disputa, hace años, por ejemplo, el Eln intentó bajar hasta ese sitio. Las Farc tenían al menos dos columnas móviles y peleaban con bandas organizadas al servicio del narcotráfico. Entrado el proceso de paz entre el Gobierno y las Farc, hubo una ruptura entre organizaciones ilegales que tenían labores de proteger las rutas del narco y de ahí los nuevos enfrentamientos”, agrega Restrepo.
Civiles en medio del fuego
En medio de este enfrentamiento entre bandas por el control de los eslavones del negocio del narcotráfico, la población civil está llevando la peor parte. “El temor entre las personas está en todo Tumaco, en la zona rural como la urbana. Acá la guerra no se fue, solo cambió de camiseta y lo peor es que no se ve a la Fuerza Pública haciendo nada para cambiar la situación, no se perciben los anuncios que hecho el Gobierno”, dice un líder comunitario en Tumaco, quien le pidió a este diario proteger su identidad.
Agrega que las últimas horas han sido más difíciles por el ataque a las torres de energía. “si las noches eran peligrosas en zonas donde las autoridades no se atreven a quedarse, ahora, en total oscuridad, es peor. La gente se siente sola”.
Problema en ambos lados
Desde Ecuador, el ministro del Interior de ese país, César Navas, aseguró que “la amenaza no opera en nuestro territorio. En nuestro país no están los cultivos de droga, los laboratorios de droga. Estamos enfrentando una amenaza asimétrica, con un enemigo que no opera en nuestro territorio”.
A pesar de dicha afirmación, una fuente de las Fuerzas Armadas colombianas le confirmó a este diario que en zona ecuatoriana sí hay laboratorios para el procesamiento de cocaína.
“La presión de las autoridades en Colombia a las disidencias ha obligado a que los ilegales pasen la frontera y allá completen el proceso que inicia en los cultivos de coca sembrados en nuestro país”, dijo el oficial consultado.
Para Jorge Restrepo esa afirmación es coherente, sobre todo porque, asegura, la actual situación también se da “por una respuesta de narcotraficantes a los esfuerzos de sustitución y erradicación que hacen Colombia y por eso se pasan los problemas al otro lado de frontera donde se están instalando nuevos laboratorios y rutas de salida de la droga.