Pachito, como le dicen al exvicepresidente del Gobierno de Álvaro Uribe, anda con la ponchera en la mano. Visitó a algunos amigos en Medellín para que le ayuden a financiar su campaña por el No. “La cosa está muy dura, los empresarios le temen a las represalias del Gobierno. Si no mire lo que le está pasando a Ardila Lülle”.
Se frota constantemente la barba, mientras le cuenta a EL COLOMBIANO que liderará una campaña “más emotiva”, de la mano, pero alterna a la del CD, que según él es más racional. Su objetivo es llegarle a sectores que no son afines a su partido, pero que no le creen a las Farc ni a su primo, el presidente Juan Manuel Santos.
Cuando usted habla de atraer otros sectores, ¿a cuáles se refiere?
“Hay mucha gente de muchos partidos que hablan en voz bajita, porque temen hablar del “No”, y es entendible porque es como si le preguntaran: ¿Usted quiere al Niño Dios? Queremos que la gente pierda el temor y entienda que el No es un mensaje de esperanza y una oportunidad para decir que el proceso de paz nos incluya a todos, porque Santos dividió a Colombia”.
¿Cómo hará para que no lo califiquen como pro-guerra?
“Nuestro No no quiere decir un no a la paz. Usted puede ser buen ser humano y decir No, porque existen problemas con el Acuerdo y queremos mandar un mensaje al Gobierno y a las Farc para que incluyan unos sectores que se sienten totalmente excluidos”.
Pero el Gobierno siempre dice que si gana el No se acaba todo...
“El Gobierno necesita jugar al caos y al desastre, por eso está el país dividido. Desde el principio nos tildó de extrema derecha y nunca incluyó las propuestas ni escuchó las inquietudes del principal partido de oposición. Y resulta que esas inquietudes son las de la mitad de los colombianos asustados y preocupados”.
¿Qué harán si gana el No?
“Al otro día vamos a la Casa de Nariño a decirle al presidente: aquí estamos, estamos listos a acompañarlos en la terminación del proceso de paz con cambios, para que no se generen nuevas violencias. Los acompañamos en la renegociación, si el Gobierno acepta, que sería lo más inteligente”.
¿Y si llega a vencer el Sí?
“Seguiremos vigilantes para que no se desborde la institucionalidad, porque el presidente queda con la ley habilitante. Tenemos toda la legitimidad para hacerlo”.
El ministro del Interior también dijo que si gana el Sí al día siguiente los invitan a la Casa de Nariño. ¿Sería también inteligente asistir?
“Aceptaremos le decisión del pueblo, pero no nos plegaremos porque nuestras ideas no cambian. Tenemos que ser vigilantes de que no se desborde el proceso de paz, de que no se cometan más locuras institucionales, de que los empresarios y ciudadanos tengan una voz que los proteja”.
¿Siente garantías con el Consejo Nacional Electoral?
“No, ni con el Gobierno, porque le falta mucho decoro. Están apresurados con el plebiscito por cuento a la reforma tributaria. La Corte Constitucional dijo que era un Acuerdo entre Gobierno y Farc, y se excluyen de la pregunta del plebiscito. Es un abuso”.
¿La convocatoria al plebiscito es ilegítima?
“No, pero hay que dar la pelea a pesar de que mucha gente del CD quería la abstención”.
¿La Corte podría modular la pregunta del plebiscito?
“No creo que se atreva. La Corte no ha demostrado ser independiente del Gobierno. Este proceso de paz está pasando por encima de ellas. Estamos viendo un sistema judicial que está en las últimas”.
¿Cuánto le va a valer al CD esta campaña, cuánta va a aportar usted a la causa?
“No tenemos cómo competir en televisión, en radio. Por eso vamos a hacer la primera campaña posmoderna, muy por redes sociales y en la calle, no tenemos otra manera. Yo quiero hacer una campaña que ilusione. Tengo mi oficina al servicio de la campaña mientras conseguimos planta”.
¿Cómo recogerán donaciones de ciudadanos?
“En la web vamos a montar un programa de microdonantes, para que cualquier persona pueda donar hasta 100.000 pesos. Ojalá funcione y se convierta en la forma de hacer política, más transparente”.
¿Las Farc sí podrán conseguir votos?
“El discurso populista es atractivo y aquí llegó el discurso de las Farc para quedarse. Esa es la nueva condición política”.
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