Atraído desde niño por la alegría de la música española y por la energía y el carácter que le imprimen los músicos de allí, Bram Sniekers, se trasladó de su natal Holanda al país ibérico desde hace casi diez años.
Primera vez en Colombia, Sniekers es el director invitado de la Orquesta Sinfónica de Eafit, para su concierto de mañana, jueves, el cuarto de la temporada 2016, titulado Clarinete Siglo XXI.
«La música española —dice el director invitado— se basa en la pasión. Otras músicas que la tienen, pero en esta habita especialmente».
El holandés cuenta que el concierto está conformado por piezas que piden mucho de la capacidad de los músicos. «En los ensayos he encontrado mucha energía y gran disposición por parte de ellos. Por eso, confío mucho en que nos saldrá muy bien».
Son cuatro composiciones. La primera de ellas, Danza española de La vida Breve, de Manuel de Falla, presenta la gran vitalidad de la música típica española.
A continuación, El Concierto para Clarinete N° 2, de Óscar Navarro, que según Sniekers, es interesante porque tiene gran éxito mundial. Navarro estudió composición y música de cine y recibió clases de John Williams, el de la banda sonora de Tiburón y Harry Potter, de quien tiene «influencias en algunos detalles. Es fantástica». Tiene apartes como de banda sonora.
Las piezas tercera y cuarta son más clásicas: la Obertura Coriolano N° 42, de Ludwig van Beethoven, y 9a. de Shostakovish. «Esta es tal vez la obra más ligera de Shostakovish. La menos triste. No alude, como otras suyas, a la guerra. Tiene humor musical».
Bram Sniekers nació en 1972. Se formó en trompeta y dirección de orquesta en el Conservatorio Superior de Maastricht. Fue trompeta solista de la Orquesta Joven Nacional de Holanda e integró varias orquestas europeas. En España fue el director titular de la Banda de Lalín, con la que grabó varios discos. Es director artístico del Conservatorio Profesional de Música de Lalín y director de la Orquesta del Conservatorio de Lalín. Desde abril de 2014 es el director artístico de Galicia Brass.
«No hace falta prepararse teóricamente para disfrutar este concierto. La música no se tiene que entender, sino sentir».