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Uno bien puede encontrarse con Frida Kahlo en un restaurante bogotano. Si no, que lo diga Flora Martínez. El año pasado, a ella le sucedió. Y la actriz colombiana decidió, una vez encontró a la artista, llevarla al escenario.
Frida Libre es el montaje teatral con el que revive a la mexicana. Un monólogo escrito por Flora Martínez y Víctor Vásquez, con música de José Reinoso.
Nacida el 6 de julio de 1907 y muerta el 13 de julio de 1954, Frida Kahlo es una mujer que vivió con intensidad y dejó grabado su nombre en la plástica y el pensamiento liberador de la mujer.
¿Cómo se dio el hallazgo de Frida Kalho, una Frida para llevar a escena?
“Estaba en un restaurante de Bogotá y el dueño me entregó un monólogo de Frida, que traería a Colombia. Me propuso que lo hiciera yo. Le contesté que debía revisar el libreto. En esos días yo estaba en Bailando con las estrellas y me quedaba imposible ocuparme del tema. Eran en realidad dos libretos. Cuando terminé de leerlos, no me gustaron y propuse cambiarlos. No sentía a la mujer. Era la cáscara de Frida, con unas anécdotas puntuales... Yo fui tomando nota y hablé con el director. Por suerte, las anotaciones las fui sustentando. Escribí un nuevo libreto. Mi esposo, José Reinoso, me ayudó a seleccionar material, porque conseguí demasiada información; a separar los capítulos. Definimos las luces y la escenografía. En cuanto a la música, decidimos que un mariachi no iba mucho con el monólogo, porque queríamos centrar la atención en el personaje... Es como cine en teatro, con una banda sonora, ágil, textos bien escritos, ranchera”.
¿Qué le molestaba de los libretos que le dieron?
“Frida es un ícono... Me vi en la responsabilidad de mostrarla en su dimensión... Ese era un libreto superficial. Como que tenía una voz machista por dentro. Contaba escenas lesbianas y escenas con Diego...
Tenía que encontrar la voz de Frida. El sentido tenía que ser diferente. Hasta la forma de entender el amor en ella es distinta. ‘Diego mi hijo, Diego mi padre, Diego mi amante...’ Diego Rivera era su todo. Le aceptó hasta la infidelidad. Expongo esto y que el espectador tome partido. Diego le pidió el divorcio para casarse con María Félix. Ella muere tan sola... Un poema de Frida Kahlo, que tal vez has oído en una canción, decía: ‘Se equivocó la paloma, se equivocaba...’. Porque a ella le decían la Paloma... ‘Quizás no debía haber amado tanto’, se reprochaba”.
¿Por qué cree, como dice en un comunicado, que Frida es valiente y admirable?
“Frida está hecha de otra sustancia. Su vida estuvo colmada de cosas bonitas... bonitas entre comillas. De pequeña padeció poliomielitis y le quedó una pierna más delgadita. Sufrió un accidente y tuvo una fuerza vital que le venía de fuera de este mundo y halló una forma bella de traducir ese dolor en arte. En una sociedad machista, se atrevió a expresar su pensamiento. Eso fue hace más de 60 años y sigue teniendo vigencia.
Hay una escena de una película mexicana que me ayudó. Frida, con su dificultad, se levantaba de la cama cada mañana y se ponía un traje de flores. Era un ejemplo de superación. Le tuvieron que cortar la pierna... También, cómo no, enamorarse de un genio como Diego Rivera, con todo lo que eso conlleva. Es admirable. La historia de Frida Kahlo es una invitación a vivir, a disfrutar cada gota de vida. Ella decidió no echarse a morir”.
Háblenos del título, Frida Libre.
“La vida de esa artista es un grito de libertad. Vivió en una época en la que la gente se mataba por la Revolución. La libertad era un asunto fundamental. La independencia de género, por ejemplo: llegó a vestirse de hombre para ciertas cosas. Las parejas que tuvo lucharon por la libertad. Hallé y usé en el monólogo una carta suya en la que decía que la muerte bailaba alrededor de su cama. El 1 de noviembre, fecha de mi cumpleaños, se celebra el Día de los Muertos. En México es especial. Es una relación bonita con la muerte. Una forma de no sacarle el cuero. Tiene humor negro. Y eso hacía Frida: burlarse de la vida”.
Todos los personajes tienen su complejidad. ¿Frida es un personaje especialmente difícil para representar?
“Si fuera más sensata hubiera pensado en las dificultades antes de aceptarlo. Pero me acerqué a ella y grité: ¡Lo quiero! ¿Difícil? Fue un poco lo que me pasó con Rosario Tijeras. Me dieron un guión muy diferente a la novela. Fue adaptada por un argentino que no tenía la más mínima idea de la cultura paisa. Algo tan lejano sentía yo... Hasta que cambiaron las cosas. En Frida, lo difícil era que me aceptaran cambiar el texto. De ahí, lo que siguió fue meterme en el mundo Frida. ¿Difícil? Ser consecuentes con su historia. Un personaje dramático, pero que va hacia arriba, con esa fuerza mexicana”.
Así que aceptó hacerla porque la sedujo la fuerza del personaje. Por pura emoción...
“Me dejé atrapar por ese personaje tan fuerte, sí, tan expresivo, tan bello”.
¿Durante la preparación vio las películas y documentales sobre ella? O mejor no, para evitar contaminarse.
“Cuando estaba escrita, sí. Me parecía conveniente ver las películas hechas por mexicanos para observar la interpretación que han hecho de ella. Vi los documentales. El colombiano Rodrigo Castaño hizo uno que se llamó Las dos Fridas. Recuerdo que fui a verlo al teatro cuando tenía 7 años. No recuerdo nada de lo que decían, pero sí la pasión con que lo hacían. Quise ser actriz. Me cautivaba lo que pasaba allí. Mi primer amor por el teatro fue con Frida. Por eso resulta importante. Por eso, cuando la presenté por primera vez, no estaba nerviosa. Podía sentir el público. Fue algo lindo: volver al teatro y volver con Frida. Es algo mágic.o”