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Literatura que conecta a los niños con su realidad

  • Las ilustraciones de Martijn van der Linden recrean los espacios en que vivió Ana Frank, en el libro escrito por Janny van der Molen.
    Las ilustraciones de Martijn van der Linden recrean los espacios en que vivió Ana Frank, en el libro escrito por Janny van der Molen.
14 de enero de 2018
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Janny van der Molen es periodista de profesión, así que la novela testimonio no es un género extraño para ella, sin embargo, la idea de adaptarlo a la literatura infantil no fue precisamente obvia. Luego de investigar el tema y pensar en la mejor forma de contarle este tipo de historias a los niños, van der Molen presentó Afuera está la guerra, una adaptación de la vida de Ana Frank, nominada para el Premio Thea Beckman. Luego del éxito de su primer intento dentro de este género, van der Molen publicó una novela sobre Etty Hillesum, una joven holandesa que mantuvo un diario durante los años previos a su muerte en un campo de concentración. Hablamos con la autora de su proceso creativo, los temas de su obra y el futuro de los libros.

¿Cuándo empezó a escribir para niños?

“Cuando mi hijo mayor tenía cinco años, queríamos leerle cuentos para dormir de diferentes tradiciones religiosas. Esta fue nuestra elección por principio: queríamos enseñarle desde temprana edad que hay muchas formas de ver el mundo. La idea era enseñarle a respetar a las personas con diferentes creencias (religiosas). Traté de encontrar textos que estuvieran ilustrados, libros bonitos con historias de las diferentes religiones del mundo, pero no los pude encontrar. Así que los hice yo. De esto surgió el libro About angels, gods and heroes -Stories from the five great world religions-, que se publicó en 2007 y es uno de mis títulos más vendidos todavía. Aunque escribir siempre ha sido mi pasión, por lo que me eduqué para ser periodista, fue gracias a mis hijos que me convertí en escritora de literatura infantil”.

¿Cómo elabora sus relatos?

“Por la temática de los libros que escribo, tengo que hacer mucha investigación. Leo con frecuencia varios libros, busco expertos en el tema para discutirlo, visito museos, veo películas. En el caso del libro sobre Ana Frank también viajé a los lugares donde ella estuvo, visité muchas veces el anexo secreto y Westerbrok, el campo de concentración holandés. Pude ver la casa donde ella vivió con su familia en Merwedeplein en Amsterdam y también visité Auschwitz y Bergen-Belsen. Eso fue lo más cerca que estuve de Ana. Una vez había recolectado la información que necesitaba y decidí la estructura en capítulos, empecé”.

¿Participó en el proceso de ilustración?

“No, Martijn van der Linden y yo trabajamos por separado. Me ayudaron y aconsejaron varios expertos, y él fue uno de ellos. Queríamos estar seguros de que todos los detalles era correctos y fue posible porque hay mucho material y fuentes sobre Ana Frank. La Casa de Ana Frank fue de mucha ayuda”.

¿Cómo logra manejar temas tan “adultos” para los niños?

“Precisamente por eso fue que al principio rechacé la idea. ¿Cómo una mujer adulta feliz, sana, libre, cómoda y no judía podría escribir desde la perspectiva de Ana Frank? ¡Me parecía imposible! Sin embargo, entendí la necesidad de un libro como este: los niños en Holanda oyen hablar de Ana Frank a temprana edad, pero el diario es muy difícil para ellos. El lenguaje, pero especialmente la madurez de Ana es difícil de entender para -digamos- un niño de diez años. Además, sentimos que era importante contar toda su historia: desde la edad en que podía jugar afuera como cualquier otro niño, al día en que murió en un campo de concentración en su país natal. Se podía decir que es una especie de biografía infantil. Claro, una vez los niños crezcan esperamos que lean el diario. Sin embargo, este solo se ocupa de dos años de la vida de Ana y nosotros queríamos contar toda su vida.

Mi hijo, que tenía diez años cuando estaba escribiendo, leía los capítulos antes de que los leyera la editorial y me daba su opinión.

Ahora que lo pienso, lo llama un tema ‘adulto’, pero desafortunadamente la guerra es una realidad en la vida de millones de niños, aun hoy. Los colombianos lo viven todos los días y es una realidad muy triste. Los niños merecen un mundo mejor”.

¿Por qué es importante hablar con los niños de estas problemáticas?

“El odio hacia las personas con diferentes creencias, razas, religiones, ideas políticas y preferencias sexuales siempre está ahí. Siento que es necesario educar a los niños desde temprana edad a respetar el hecho de que las personas son diferentes e iguales al mismo tiempo. Todos queremos amor, seguridad y una buena vida. Sé que puede sonar muy simple, no obstante, necesitamos enseñarles eso. La enorme maldad que se vivió en la II Guerra Mundial no es una excepción. La crueldad, la discriminación, incluso el asesinato está en todas partes. Esto puede parecer algo sobre lo que no tenemos poder, sin embargo, debemos creer que lo tenemos. Debemos hacer lo que más podamos”.

¿Qué es lo que más disfruta de su trabajo?

“La investigación. Cuando empiezo con un tema que es completamente nuevo, ¡aprendo mucho! Esta es la mejor parte del tipo de libros que hago, me dan la oportunidad de entender más el mundo y una vez creo que entiendo, disfruto contando la historia, tanto en los libros como en conferencias”.

¿Quiénes son sus mayores influencias?

“Siempre me ha encantado leer, desde muy pequeña. Cuando era joven amaba a las Brontë, Dickens y Austen. Me inspiró mucho el diario de Etty Hillesum, una mujer judía que escribió en la II Guerra Mundial como Ana. Sin embargo, en mi campo de la novela testimonio trato de encontrar mi propio camino”.

¿Cómo describiría la literatura infantil holandesa?

“Creo que los escritores e ilustradores holandeses tienen mucho respeto por los niños, los tomamos en serio. Hay una rica tradición de diferentes tipos de libros: ficción, no-ficción, novela testimonio y poesía. En realidad, ¡hay un libro para cada niño!”

¿Cómo ve la relación de los niños de hoy con los libros?

“Visito muchos colegios y veo que los niños todavía aman sus libros, pero nosotros -escritores, padres y profesores- ¡necesitamos ayudarlos a encontrar el libro adecuado! ¡Tenemos que esforzarnos! Debemos retarlos más que antes. Hay muchos programas y métodos en Holanda que le recuerdan al profesor, a los padres y a los niños de lo divertido, pero también lo importante, que es la lectura para, por ejemplo, el aprendizaje de vocabulario. Creo que necesitamos esos programas y métodos porque los niños leen menos. Al mismo tiempo, la comunicación se ha vuelto más importante que nunca. Veo lo que los libros hacen por los niños, así que veo futuro en los libros. En realidad, no soy pesimista”.

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