El Divo de Juárez, el que no nació para amar, se fue de pronto el domingo. Un ataque al corazón y no alcanzó a llegar al concierto anunciado, a las 7:00 de la noche, en El Paso, Texas, Estados Unidos. A sus 66 años, todavía estaba de gira. Murió en Santa Mónica, California, EE. UU. La voz de Juan Gabriel no entonará más “no te miento, fui feliz, aunque con muy poco amor”.
Alberto Aguilera era un desconocido. Así le pusieron el 7 de enero de 1950, cuando nació en Parácuaro, Michoacán, México, y no en Juárez, como dijeron muchas veces. El nombre se lo cambió por el de su maestro de hojalatería, Juan Contreras, más el de su papá, Gabriel Aguilera Rodríguez. Él fue Juan Gabriel el resto de su vida, y también lo será en la no vida: el cantante se metió en el corazón del pueblo, y no será fácil de olvidar. Sus canciones son unas de las más buscadas en Youtube, y es considerado el compositor con más temas registrados en su país.
Sandro Muñoz, director de La voz de Colombia, dice que su éxito tenía que ver con sus letras: eran fáciles de entender. No había que pensar, sino que eran cercanas, le llegaban a los enamorados y, mucho más, a los desenamorados: “No me vuelvo a enamorar, totalmente para qué, si la primera vez que entregué mi corazón, me equivoqué”.
También era su voz fuerte. En el escenario, sigue Sandro, no solo estaba un cantante, sino un actor. Juan Gabriel era un personaje que cantaba con fuerza, que medía sus movimientos, que sonreía de pronto.
Xulio Guillén, periodista de cine y televisión mexicano, se refiere al cantante como una leyenda que sin importar dónde se presentara en México lograba llenar estadios, arenas o cualquier escenario, incluso si lo hacía varias veces en la misma ciudad. “Siempre muy enérgico y lleno de vitalidad. Le encantaba hablar, estar pendiente del público, era muy simpático y risueño. Las últimas veces que lo vi era como una especie de fiesta”.
Sin despedirse
En su último trabajo discográfico, que llamó Los Dúo y publicó en 2015, participó el cantante Juanes, con quien interpretó una de sus canciones más famosas, Querida: “Querida, por lo que quieras tú más ven (...)”.
En el mismo disco también hay sencillos con Marco Antonio Solís, Natalia Jiménez, Vicente Fernández, Joy y Laura Pausini.
Tenía más de 30 discos. Era el autor y el intérprete. “No hay ninguna regla en mi manera de componer. A veces, cuando estoy alegre escribo algo muy triste, y viceversa. En fin, es algo que ni yo mismo sé, pues compongo de una manera que para mí es la más natural del mundo. Gano más como compositor y productor que como interprete”, dijo alguna vez, según su biografía en la Sociedad de Autores de México.
Era el hombre de la balada, cantó rancheras y boleros —con su mejor amiga Rocío Durcal—, y canciones de cuna.
Juan Gabriel era el divo, el cantante popular. El hombre para la felicidad, para enamorarse, para pasar las penas. No hay tiempo para olvidarse de Juan Gabriel. Solo para cantar con él: “Ya lo ves, la vida es así, tú te vas y yo me quedo aquí”.