La Unión está de fiesta. Una fiesta de hermandad y fraternidad. Este martes, el municipio del Oriente antioqueño recibe a sus hijos por adopción: Jackson Follmann, Alan Ruschel, Helio Neto y Rafael Henzel, a quienes la vida les dio una segunda oportunidad la fatídica noche del 28 de noviembre de 2016, en Cerro Gordo.
Cuatro de los seis sobrevivientes de la tragedia aérea que enlutó al mundo del fútbol y al mundo entero son los visitantes de honor esta tarde en el municipio, donde los habitantes les tienen preparados varios homenajes.
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La agenda de los cuatro brasileños comenzó con una visita a los centros médicos donde fueron atendidos desde el 29 de noviembre. Allí agradecieron a quienes “les devolvieron la vida” en aquellos días de incertidumbre y dolor.
Más tarde, Ruschel, Neto, Follmann y Henzel se dirigieron a La Unión, allí almorzaron y posteriormente, en medio de la lluvia y una densa niebla, visitaron Cerro Gordo, donde el vuelo 2933 de Lamia se estrelló hace 162 días. Los sobrevivientes pidieron estar a solas con sus familias por unos minutos.
Hasta ese lugar también llegó Alberto Pinto, padrastro del piloto de Lamia, Miguel Quiroga, quien viajó desde Bolivia para hacer parte de los actos conmemorativos y homenajes como “consuelo para aliviar el dolor”, por el que su familia está atravesando.
“Vine a hacer parte de los eventos y prometí llevarle imágenes, fotos del lugar y objetos a mi esposa, es lo único que nos queda”, le comentó Pinto a EL COLOMBIANO.
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Los sobrevivientes regresaron al casco urbano del municipio para un acto en la plaza central, en donde se hizo un homenaje a la memoria de las 71 víctimas del siniestro con fotografías y ofrendas florales.
Además, en un acto privado entregaron más de 150 objetos entre camisetas, medias, maletas, guayos, guantes de arquero y celulares que recuperó la fundación Corporación Binacional de Hermandad La Unión Chapecó para hacerlas llegar a los familiares de los fallecidos.
Después, esa misma corporación lanzó una campaña que busca recoger fondos para comprar los terrenos de Cerro Gordo, después llamado Cerro Chapecoense, y convertirlo en un sitio de reflexión y peregrinaje. La campaña será liderada por los niños y pretende que todas las personas donen 1.000 pesos, dinero que será guardado en una fiduciaria de Bancolombia.
