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“Nacional es una manera de vivir”

Este fue el hombre que partió en dos la historia del equipo verde que empieza a celebrar 70 años: Francisco Maturana.

  • Diego Barragán, Bolillo Gómez y Pacho Maturana. FOTO Archivo EC
    Diego Barragán, Bolillo Gómez y Pacho Maturana. FOTO Archivo EC
27 de abril de 2017
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Si hay alguien a quien la historia del Atlético Nacional -en sus 70 años- le reconoce que tuvo mucho que ver en su metamorfosis de equipo a club y de haberlo puesto en la órbita internacional ese es Francisco Maturana, para quien el verde ha sido todo en su vida.

¿Qué significa Nacional?

“Una manera de vivir, un vehículo de refinamiento cultural. Viví casi todas las etapas de mi vida alrededor de este club”.

¿Cómo inició su historia?

“Desde los 9 años pertenecí a las inferiores, hice toda mi carrera en ese club. Fui campeón en diferentes categorías. Aprendí códigos y principios, que unidos a los valores familiares, me hacen ser una persona fuerte”.

¿Cuáles son esos principios?

“Por ejemplo, el tener que jugar temprano, lo que te obligaba a no trasnocharte. Cosas simples que me fueron guiando como jugador y persona”.

¿Cómo empezó su carrera?

“Negocié mi año rural y con mi primer contrato tuve un consultorio odontológico. El equipo me lo dio como prima y desde ahí combiné mis dos profesiones: el fútbol y la odontología”.

¿Cómo lo hacía?

“Por las mañanas me dedicaba a entrenar y en las tardes al consultorio. Tuve la suerte de quedar campeón con Nacional después de 14 años. En ese momento Medellín tenía más hinchas, pero todo cambió cuando el doctor Hernán Botero fue a las escuelas de los barrios a regalar boletas y trajo estrellas como Eduardo Balassanian, Óscar Rossi, Óscar Romero, entre otros. Lo que hizo que los hinchas nos sintiéramos orgullosos”.

¿Cuando jugó en Bucaramanga y Tolima, extrañó a Nacional?

“Claro. Por eso regresé en el 83 como director de las inferiores. Con Aníbal Ruiz y Luis Cubillas impusimos una idea, que inicialmente me gustó, pero después no. Venía de la escuela de Zubeldía y Bilardo, en la que uno era buen atleta, corríamos y destruíamos, pero no jugábamos”.

¿Y el fútbol bonito?

“La frustración de ese juego nos sirvió para independizarnos y jugar a la colombiana. Mi primera oportunidad de ser técnico se dio en el Once. Vino la posibilidad y el Maño Ruiz me impulsó para que fuera y volviera”.

¿Cómo se dio el regreso?

“Volví a Nacional y encontré un grupo de directivos que tenían claro un proyecto. El primer objetivo era entrar al octogonal, pero sabíamos que eso era muy poco. Nos pusimos la meta de llegar más lejos y lo hicimos en dos años, en los que fuimos campeones de América”.

¿Qué fue lo más duro?

“Todos los días nos encontrábamos en el estadio y Jorge Buitrago o John Jairo Restrepo empezaban a llamar a Sofasa, Cartón de Colombia, la Cuarta Brigada a ver qué cancha nos prestaban, pero era un grupo humano maravilloso, le pegaban al puntero y le dolía al marcador de punta”.

¿Qué fue lo mejor?

“No había que estar pendiente del comportamiento, éramos muy inteligentes y sabíamos que todo se podía hacer. Ese equipo fue campeón, no por el hecho de serlo, sino de la forma como lo consiguió”.

¿Como que todo se podía?

“Hay momento para todo en la vida y, la mayor parte del tiempo, nos divertíamos con lo que hacíamos, desde el respeto por el rival, el árbitro, el balón y eso alcanzó una notoriedad afuera, a tal punto, que hoy aún se recuerda ese equipo”.

¿Ese equipo exportó el fútbol de Colombia?

“A nivel internacional no existíamos y hoy en cualquier parte te hablan de ese Nacional, que tiene hinchas en todas partes. En dos años logramos el título de América y la hinchada creció. Nacional, con su fútbol, les demostró a sus hinchas cómo quería jugar y lo aceptaron. A veces es la afición la que dice cómo quiere que el equipo juegue, pero en ese Nacional no”.

¿Por qué ese fenómeno?

“Había un sentido de pertenencia especial. Teníamos muchachos de la Floresta, Aranjuez, Manrique, Barrio Antioquia, en fin, una aglutinación de barrios y cada uno hacía fuerza”.

¿Ese legado permanece?

“Hace poco estuve en Italia hablando del Nacional del 89, confrontando conceptos actuales que siempre estuvieron presentes. Nosotros, junto con el Milan de Arrigo Sacchi, éramos ejemplo. Recuerdo que Sacchi envió a una persona a ver a Nacional y cuando fui a Italia él tenía todos los videos de nuestros entrenamientos. Éramos referentes como un equipo comprometido con la táctica”.

¿Qué más le dejó ese equipo?

“Ese Nacional nos llevó, a René Higuita y a mí, al Valladolid. Todo Nacional se fue de gira a Europa para despedir y dejar a Higuita en España”.

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