Las estadísticas sustentan la afirmación del técnico Reinaldo Rueda, quien señala que Rosario Central es más complicado de visitante que de local.
El equipo canalla presenta un rendimiento del 75 por ciento por fuera de su estadio -Gigante de Arroyito-, mientras que en casa registra un 73 % en la actual Libertadores.
Rosario, que era esperado ayer en Medellín, le ganó en sus predios en la fase de grupos a los uruguayos River Plate (1-3) y Nacional 0-2), y perdió con Palmeiras (2-0). En octavos de final superó a Gremio de Brasil (0-1).
La diferencia ahora es que el rival de turno, Atlético Nacional, presenta un desempeño del 83 por ciento en el Atanasio Girardot. En la ronda de grupos derrotó a Sporting Cristal (3-0), Peñarol (2-0) e igualó con Huracán (0-0). En octavos venció a este último (4-2). Es decir, está invicto ante su público en la Copa.
“Rosario no viene a encerrarse, sino a presionar arriba y es favorito porque está en ventaja. Nosotros tenemos una buena huella de trabajo y un fútbol vistoso y atractivo, y esa es la serie que hay que resolver este jueves. Estamos con la tensión normal de esta instancia y de saber que al frente hay un gran rival, pero queremos dar el paso a la siguiente ronda”, dijo el estratega de los verdolagas, al destacar otras virtudes del adversario: “maduro, con oficio, jugadores de sacrificio, aplicados, típico de los argentinos que son competitivos y actúan con intensidad”.
Rueda dice, en sentido figurado, que los partidos definitivos como el que tendrán mañana “no hay que jugarlos, sino ganarlos, correrlos”. Para él, la clave estará en encontrar el gol, en hacer circular el balón y desequilibrar. “Tener la cabeza fría para descifrar el encuentro”.
Jonathan Copete señaló que Nacional es un equipo fuerte, guerrero y luchador. “Será importante tener paciencia, ser contundentes y oportunos”, dijo el hombre que comandará el ataque, posiblemente con Orlando Berrío. Agregó que Central es un elenco que se para bien y al que buscarán cerrarle los espacios.
