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El ciclista está de vuelta en su tierra. Competirá hoy
en el Medellín de Pista, luego tomará unos días de descanso. Se centrará en el Tour de Francia-2018.
Por más fama que ha conseguido, la misma que lo tiene en la mira de cineastas y novelistas, la esencia de Rigoberto Urán no cambia.
Ni con la elegancia que exhibe al vestir: blazers, camisa con cuello de solapa, pantalón bota tubo, medias que no llegan a los tobillos y finas zapatillas que hacen juego con su lujosa correa, un estilo que se puede confundir con un modelo de revista, el antioqueño sigue siendo mamagallista. Eso sí, ante todo sincero, amable y extrovertido, tanto, que no le importa interrumpir una entrevista para responder, con un silbido o un “oe mijito” a los saludos de los seguidores que pasan cerca de él.
Hace dos años, el actual subcampeón del Tour de Francia volvió a tomar parte de una competencia en su tierra: el Nacional de ruta, en el que se convirtió en campeón de contrarreloj; sin embargo, se frota su melena haciendo memoria del tiempo que tardó para actuar de nuevo en una competencia en el velódromo Martín Emilio Cochise Rodríguez, lugar en el que empezó a pulir sus capacidades de coordinación antes de emprender viaje al continente europeo, donde después, se convertiría, en uno de los mejores ciclistas de la historia de Colombia.
“Uy hermano, yo me fui como en el 2005, desde eso no compito en el velódromo”, dice Rigo, una de las figuras del EPM Medellín de Pista que se disputa hasta mañana.
En charla con EL COLOMBIANO en una de sus tiendas Go Rigo Go (El Poblado), el pedalista habló de su buen presente, sus momentos difíciles, del problema de movilidad en el país y del próximo Tour, en el que espera llegar bien preparado para seguir dejando huella.
“Absolutamente nada. Los resultados no tienen que hacerle cambiar a uno la forma de ser, de entrenar o prepararse. Cuando uno trabaja y se esfuerza, si los objetivos se consiguen es algo bueno, sino también. Entonces no hay que cambiar nada, todo sigue igual”.
“Felicidad y compromiso, porque uno está representando no solo la marca de un equipo, sino también a todo un país, en el que hay mucha gente que se identifica con el deporte, en este caso el ciclismo. Estar en el podio, ver la bandera de Colombia en lo más alto, en los Campos Elíseos, genera mucha alegría”.
“Todos los recorridos son difíciles, duros. Lo más importante es llegar en buena condición. Cuando se está bien, el recorrido no importa tanto. Es fundamental tener un buen equipo y disfrutar la carrera”.
“En nada. La preparación ha sido lo misma. Lo único que varió fue que no hicimos la primera parte del calendario, saltándonos el Giro de Italia. Todo se enfocó para llegar bien al Tour”.
Después de las experiencias de varios ciclistas de apostarle a las tres grandes, ¿cree que esto se puede dar hoy o es una locura?
“Hay que intentarlo, aunque correr las tres es muy difícil. Creo que dos las puede hacer un corredor, pero es complicado porque el Giro es una carrera muy dura. Además, si el tiempo llega a ser malo, el cuerpo se exige más y la recuperación entre cada carrera es muy corta”.
“Le saco aire y ya, la presión queda bien (risas)”.
“Amo el ciclismo, ha sido todo en mi vida, me lo ha dado todo. Entonces, aparte de ser mi trabajo, lo disfruto. Además tengo tiempo libre para compartir con mi familia. Muchas veces, cuando salgo con ellos, la gente dice: ‘ve, este man va de paseo’. Pero la bicicleta también hace parte de esos días de descanso”.
“Detrás hay un equipo grande: mi mujer (Michel), que siempre ha estado conmigo; mi mamá (Aracelly); mis familiares; muchos amigos. Ahora estoy ilusionado porque hace cuatro años se creó la empresa Go Rigo Go, y saber que lo sembrado está dando frutos genera más motivación”.
“Hay muchos y bonitos, sobre todo en los que ves las cosas lejos pero que se pueden lograr. Lo ideal es seguir trabajando, sin perder la ilusión”.
¿El más frustrante?
“Hay varios. Por ejemplo, llevaba dos años sin hacer buenos resultados en las tres grandes. Y esto te pone a pensar ¿qué está pasando?, pero no me gusta echarle mucha cabeza a eso porque puede ser una bomba de tiempo. Lo más importante es dejar que las cosas pasen, que fluyan. Si estás en el podio lo disfrutás y sino también. No te puedes quedar en ese solo momento porque nada funcionaría”.
“Tenemos calidad de ciclistas. Esto se debe, hablando de Antioquia, a que ahora se apoya mucho más al ciclismo. Se evidencia en las subregiones, en las que han salido buenos corredores. Yo hice parte del Orgullo Paisa, que siempre se ha mantenido, también me ayudaron en el Suroeste, todo esto motiva. Además, el rendimiento de nosotros en Europa genera ilusión en los demás”.
“Está claro, uno siempre tiene que ser agradecido. La persona que me ayudó para llegar a un equipo -Tenax- en Italia fue Marlon Pérez. Lo único que uno hace es dar recomendaciones y ayudar, además porque los equipos europeos están interesados en corredores colombianos. Resaltan de nosotros la forma de trabajar”.
“Con Mauricio Ardila, Felipe Laverde, Bananito Betancur, Járlinson Pantano, Sergio Henao, Fernando Gaviria... hay muchos, tendría que hacer un equipo de 25 corredores”.
“Hermano, yo siempre he sido negociante. Llevo respondiendo por la casa desde que tenía 14 años, llevando las riendas. A mí me tocó trabajar desde pequeño y siempre me ha gustado hacerlo. Ahora lo hago de una manera diferente y, afortunadamente, tengo a mi familia, a mi mujer que está detrás de esta marca y cuando tengo tiempo también estoy ahí. Que la gente admire un diseño -de su ropa- es algo muy bacano”.
“Con una dieta balanceada: chorizo, le voleo pura leche Colanta, queso, arroz y el chicharrón bien grasoso (risas)”.
“Nunca he cambiado mi forma de ser, y si la cambio sería una persona falsa. Lo más bonito de una persona es ser original, sin disfrazarse para vender. Si me quieren así bien, y si no, pues lo siento”.
“Me han llamado para varias películas de Hollywood (risas)..., he trabajado para algunas producciones acá en Colombia, lo que pasa es que el tiempo ahora no me da. A la vez me han llamado de muchos programas para presentar, de noticieros, de todo, pero estoy muy ocupado. Esperando terminar la labor como deportista, en unos seis años, y luego me dedicaré a la televisión y todo lo que se venga”.
“A veces, hablando con ciertas personalidades del país que no quiero mencionar, nombres ni puestos, les he dicho ‘guevón’, entonces pienso: juepu... no le puedo decir eso a este man”.
“Las manejo porque es difícil que lo haga otra persona de la forma como yo lo hago. Uno puede sacar tiempo para todo. A veces me cuestionan porque no me ven entrenando por estar en la redes. Pero el entrenamiento de nosotros es de seis horas, no de 13”.
“Claro, estamos trabajando porque hay que sensibilizar un poquito a la gente. El problema es que los culpables somos nosotros, los que decidimos meterle la pata al carro, tomar, acelerar y adelantar. Entonces para mi es bonito, con mi forma de ser, enseñarles a los conductores, peatones y ciclistas, cómo compartir la vía, y más porque mi trabajo es en la calle, expuesto a los carros seis horas”.
“Estoy contento de regresar nuevamente a competir en mi ciudad; en 2015 lo hice. Será muy diferente porque hace muchos años no corro pista. Aunque sí he entrenado, la última vez que competí en esta modalidad fue por allá en el 2005”.
“Que miren qué es lo que quieren y luchen, todo es de tiempo y se puede lograr. Muchas veces es difícil. Todo en la vida sucede por algo; hay que ser perseverantes” .