Luego de dos años y medio sin dirigir fútbol profesional, Alexis García Vega se dejó seducir por la propuesta del Deportivo Pasto y por estos días orienta la pretemporada en el Oriente antioqueño.
Dice que durante el receso tenía como meta leerse un libro por semana y seguir nutriéndose intelectualmente. También hizo un curso virtual de fútbol, dictó conferencias, trabajó como comentarista para un canal de televisión durante el Mundial y tuvo dos propuestas para irse como técnico a Ecuador (Universidad Católica e Independiente del Valle), pero por sus compromisos tuvo que desistir.
“Yo siempre he amado el fútbol y sé la importancia de capacitarse, pero creo que primero hay que crecer en la parte personal y dediqué mucho tiempo a eso”, relata el estratega que también habló de Nacional y de la Selección en diálogo con EL COLOMBIANO.
Usted siempre dijo que volvería al banco si se trataba de un proyecto serio. ¿Cómo va con Pasto?
“Hasta hoy es un tema seductor, pues tenía la plena confianza de empezar de cero para hacer las cosas como creo que se deben hacer. Es bueno porque hay que cambiar la cultura institucional, la filosofía y los jugadores. Aparte, encontré gente maravillosa; influyó mucho que fuera de una ciudad que me ha tratado con tanto cariño”.
Entre tantas reflexiones hechas durante el receso, ¿qué le llamó la atención?
“Que el fútbol ha sido el espacio en toda mi vida y me atrae. Además, el balompié criollo brinda la posibilidad de cumplir metas y mostrar lo que uno sabe. Mientras se está en receso, en la lejanía de gambetas y del estrés, de dirigir y tomar decisiones, a esa distancia prudente mira mucho más el bosque completo y se da cuenta que puede aportar”.
¿Qué le gustaría que cambiara en este medio?
“Así como han variado las metodologías de entrenamiento, también me gustaría que cambiaran las del juego: innovar, plantear posibilidades distintas de estilos de juego. El fútbol se Guardiolizó, todo el mundo quiere salir jugando desde atrás y conducir la pelota con mucho tino y cuidado. A eso que es tan bueno, se le puedan agregar cosas mejorando cada día al deportista”.
¿Y la parte administrativa, de los dirigentes del país?
“Tiene que llegar gente del fútbol, que entienda este juego no solo como un espectáculo o un negocio, sino como un deporte integral que necesita formación, crecimiento personal de los futbolistas. Ahora veo jóvenes que no se mueven sino están acompañados de dos o tres empresarios, se acostumbraron a que les digan qué deben comer, cómo descansar, a qué horas trabajar, cuánta agua beber. Y, claro, cómo firmar sus contratos. Quisiera que les enseñáramos que algún día esa carrera se les acabará y ellos tendrán que seguir siendo seres humanos para la vida. Hoy muchos les manifiestan cómo deben estar, pero muy pocos los orientan para que preparen el retiro. Cada vez los alejamos más de la posibilidad de pensar”.
Cómo no hablar de Nacional con usted. ¿Qué piensa de lo que ha vivido el club en los últimos meses?
“Me ha dolido y ahí me doy cuenta de lo que yo siento por esa institución. Por todo lo que le ha pasado, por demandas, porque se ve como si no la quisieran. A veces me preocupa el sentido de pertenencia, no sé, hay cosas que no conozco de fondo pero a mí me duele que se perjudique por gestiones que no se hicieron bien”.
¿Qué puede pasar con el proceso de Paulo Autuori?
“No podría hablar del futuro y menos sin conocer lo que sucede adentro. Veo un hombre moderado, comprometido con su cargo y con el deseo de hacer buena campaña. Espero que le vaya bien y que se inicie un proceso chévere, que no sea solo por trofeos, sino para construir algo sólido en el tiempo y que se regrese al top de los mejores en Suramérica”.
¿Quisiera volver algún día a Nacional?
“Hay citas en las que uno llega a destiempo y le pasa a uno a veces hasta en la cancha, pero algún día tengo que retornar a este club por el sentimiento de casa, de familia, que me permita ir a hacer las cosas de la manera más correcta del mundo. Nacional nos enseñó valores y cuando se entra en crisis o se pierde el camino no hay nada más importante que volver a esos valores para recuperar esa esencia y memoria de grandeza que tuvo el equipo”.
¿Habrá que traer gente que aporte en otras esferas?
“Hay personas que le dieron mucho al club y que se prepararon, capacitaron y ojalá sean dolientes. Más que el conocimiento y las gerencias, se requiere la micro gerencia que hace a cada uno, desde su corazón, sentir el equipo como esa gran casa en la que hay que ayudar en todo”.