Demostrar que cuando hay clásico entre Medellín y Nacional no hay una amenaza de guerra en la ciudad. Esa es la intención de la Alcaldía de Medellín, los clubes y los hinchas en el duelo de mañana, a las 3:15 p.m. en el estadio Atanasio Girardot.
Será el día para que las dos hinchadas recuperen la fiesta que se vino deteriorando en los últimos años y que obligó, a pasadas administraciones, a tomar medidas drásticas, como la de prohibir el ingreso de las dos fanaticadas a estos partidos.
Juan David Valderrama, director del Inder Medellín aseguró que nadie le puede fallar a esta apuesta de ciudad.
“Resumo esto en dos palabras: confianza de parte del Alcalde en la fiesta, en las dos barras, los dos equipos; y la segunda palabra es la corresponsabilidad, porque estamos involucrando barristas, jugadores, directivos, Policía, la Administración Municipal con todas las entidades y se asume el reto de comportarse bien en el estadio como espacio físico y en todas la localidades en la ciudad de Medellín”.
Los frentes que quieren atacar las autoridades para convertir al estadio en un templo de paz son la educación, la prevención y la individualización de los desadaptados para que no sigan pagando justos por pecadores.
El secretario de Educación, Luis Guillermo Patiño, explicó que el tema del fútbol trasciende el estadio y se debe vivir en las familias, con los vecinos y en los colegios. “Hay que llevar valores, hábitos de convivencia, de respeto por el otro y tolerancia. Es fundamental que los niños aprendan por el ejemplo y la escuela es el escenario fundamental para formar valores y cultura”.
En fin, más allá del resultado deportivo el mejor gol que se marque en el clásico entre Medellín y Nacional será el del buen comportamiento en el estadio y la ciudad .