El 6-3 del resultado final, a favor del elenco del primero, fue anecdótico. La gente gozó.
El sol centellante que se posó en la tarde medellinense le parecía suave a Juan Sebastián González Escorcia, que llegó desde Barranquilla para observar a su ídolo Juan Guillermo Cuadrado. Con una pancarta que contenía una caricatura del jugador de Necoclí, y acompañado de su madre Ignacia, Sebas asistió a ver el encuentro entre equipos de Cuadrado y Paul Pogba, en beneficio de la Fundación Juan Cuadrado.
“Nos dicen la familia tricolor, tenemos pancartas y fotos de todos los jugadores de la Selección. Este es el regalo de cumpleaños de mi hijo”, cuenta Ignacia, una de las 15.000 personas (aproximadamente) que ayer se acercaron al Atanasio Girardot para ver este show, que tuvo a la base del combinado dirigido por José Pekerman y el arribo del estelar francés, el más costoso de la historia (e$120 millones).
Precisamente, el futbolista del Manchester United también fue aclamado por jóvenes como Santiago González, que estudia francés y elaboró una cartelera que expresaba “Pogba, quiero tu camiseta, soy un gran fan”, en el idioma galo.
Así, los niños se robaron el show al hacer maromas como cruzarse la cancha para abrazar a Paul, quien arribó con su hermano Mathías, que hizo dos goles. La lluvia no molestó el juego, que, como todos los de exhibición, no contó con la intensidad de siempre, pero sí con lujos, gambetas, bailes, pases y cosas que hacen los futbolistas de la élite. 6-3 terminó con tantos de Duván Zapata (3), el hermano de Pogba (2) y uno de Paul para el elenco del francés; Cuadrado (2) y Camilo Zúñiga.
Los asistentes aplaudieron, dieron vítores, hicieron la ola y aclamaron a los 24 futbolistas que expresaron espectáculo. Fueron 70 minutos de expectación máxima, de sonreír y, sobre todo, de ver la alegría de los menores que no tienen más que idolatría por los protagonistas.
Como Emiliano Restrepo, que vino por primera vez al estadio con su papá Pablo, y soñaba con gritar los goles de Cuadrado. “Nos llamó mucho la atención por la cantidad de figuras que vinieron y quise darle su primera oportunidad. Fue muy feliz”, dijo el padre.
Quizás, lo único negro de una jornada linda fue la gente que, al final, decidió meterse a la cancha y no permitió que Cuadrado, el artífice de las sonrisas, diera el agradecimiento.
Pogba y Juan Guillermo, en un abrazo y una danza, agradecieron a cada uno de los futbolistas que llegaron y recibieron a los niños de la Fundación, los beneficiados con el show.
Visita de Pogba deja réditos para las labores sociales
Más allá de que el francés haya considerado el país como un destino ideal de sus vacaciones, el aspecto de fondo del partido que disputó ayer en el Atanasio, contra amigos de Cuadrado, es social.
Juan Guillermo, en rueda de prensa, afirmó que lo más importante de esta reunión de figuras era apoyar a la niñez. “Ayudar a los jóvenes y a sus familias, sobre todo a los que han carecido de esa figura paterna, como yo, y que podamos seguir creciendo”, expresó el talentoso volante.
Esta idea es soportada por Andrei Martínez, quien dice que el transfondo de todo es crecer como entidad para seguir soportando esas actividades de carácter comunitario y ampliar su radio de impacto. Según la misión de la institución, por ahora incursionan en La Sierra (comuna 8).
“Lo más importante, más allá de lo material, es hacer conciencia de que unidos podemos hacer la diferencia y seguir construyendo comunidad y mejorando la situación de nuestro país”, comentó Martínez. El dinero recogido por el juego de ayer y las donaciones de 10 dólares que se hacían vía internet, tienen como fin aportar a la construcción de una sede para la fundación, la cual pueda tener canchas de fútbol y un teatro, y así continuar con sus programas de escuelas deportivas y culturales.
Para eso se necesitan cerca de $3.000 millones, cuentas hechas por el presidente de esta entidad. En la Fundación van más allá de las cifras y creen que armaron un evento que deja balance satisfactorio.