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El Mundial es la feria deportiva más grande del planeta. Es el escenario que congrega a los mejores jugadores y los expone a la vista de millones de aficionados y cientos de miles de técnicos, empresarios y directivos ávidos por cerrar provechosos negocios.
Tras el Mundial, 13 jugadores superaron la barrera de los 120 millones de dólares, cuando hace apenas ocho meses solo tres alcanzaban ese valor en su pase (Neymar, Lionel Messi y Cristiano Ronaldo).
Pero no solo se mueve la bolsa en las altas esferas. La Copa Mundo también puso en órbita a cientos de jugadores distantes del radar de los grandes clubes.
Es el caso de los jugadores croatas, como el portero Danijel Subasic, de excelso papel en el torneo, y que ya tenía una cláusula de transferencia por parte del Mónaco de apenas 12 millones de dólares.
O la joven revelación Ante Rebic, fino mediapunta que jugó cedido la temporada pasada en el Frankfurt y estaba tasado en US$16 millones.
En cuanto al desarrollo por ligas en este mercado de verano, la Premier League apunta a romper todos los récords de transferencias.
Por ahora, el gasto del fútbol inglés asciende a 964 millones de dólares por los movimientos de sus clubes, 7 millones más que el gasto total de la Liga italiana, que parece haber renacido en el mercado, de la mano de Juventus.
Hace un año, el portugués José Mourinho, técnico de Manchester United, declaró que el mercado se había vuelto loco. Y mientras los clubes poderosos, como el suyo, sigan avasallando con sus chequeras será difícil recuperar las cifras aterrizadas de otros días en el fútbol mundial.
Por ahora, quedan 42 días hasta el cierre del mercado de cambios en Europa para seguir removiendo el panorama del fútbol en las principales ligas del planeta.