Ante el nuevo inconveniente muscular en el muslo posterior derecho de James Rodríguez, que lo marginará de la competencia por un tiempo aproximado a cuatro semanas, los aficionados se preguntan por qué los futbolistas se lesionan más que los practicantes de otros deportes.
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Una respuesta inicial es porque se trata de una disciplina de contacto físico en la que sus practicantes están expuestos en forma permanente a traumas y golpes. Además, especialmente en el campo profesional, en los últimos años la competencia se ha incrementado por los intereses económicos, pues para nadie es secreto las cifras millonarias que mueve. Un jugador, aparte de su club, debe responder por los compromisos de los seleccionados nacionales, lo que aumenta su exigencia.
El médico deportólogo José Fernando Arango, quien trabajó varios años para el Independiente Medellín y las selecciones juveniles de Colombia y ahora dirige la empresa Medical Sport Advanced, señala que en el alto rendimiento el balompié es una de las especialidades con mayor exigencia física y muscular.
Este egresado de la Univerdad de Antioquia agrega que los músculos de los futbolista tienen “contracciones excéntricas” durante diferentes movimientos, como la carrera, el salto y el gesto al patear. “También, en ejercicios específicos como cambios de dirección, aceleración y desacelación, y los músculos que más sufren son los isquiotibiales y el cuádriceps”. Y explica que las lesiones son frecuentes en juveniles y mayores, y en todos los países, producto de las sobrecargas y esfuerzos.
En lo relacionado con la rama profesional, Arango argumenta que los jugadores realizan microciclos de entrenamiento, y que hay técnicos y preparadores físicos que saben darles manejo, con buen tiempo de recuperación, lo que evita problemas y permite un equilibrio así compitan una o dos veces por semana. Sin embargo, no todos se ajustan a los protocolos médicos.