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Por décadas, la llamada “mano de Dios” protagonizada por Diego Maradona, el mítico 10 de la Selección de Argentina, que le permitió anotar uno de los goles en el triunfo -con su mano izquierda- sobre Inglaterra (2-1), por los cuartos de final del Mundial de México-86, ha sido analizada, comentada, criticada y hasta venerada por los amantes del fútbol.
No es la única acción polémica ni tampoco la última que se ha presentado en este deporte, ya que en todas los torneos y en cualquier país se registran acciones en las que los jueces centrales (árbitros) o sus asistentes de líneas han quedado en la palestra por decisiones erradas.
Por años, igualmente, se criticó al fútbol por no entrar en la era de la tecnología para dilucidar acciones de difícil apreciación. Por ello, empezó a hacer carrera la utilización de elementos tecnológicos como los usados en otras disciplinas, entre ellas tenis, atletismo, béisbol y fútbol americano, en las que el ojo de halcón (sistema informático que graba la trayectoria de la pelota y que mediante una imagen en 3D indica el punto exacto en el que cae. Por ejemplo, se usa en el tenis para definir si la bola está adentro o afuera de la línea) o el photofinish (con el que se congela una imagen para establecer quién cruza primero la meta, ejemplos claros en el ciclismo y atletismo). Estos respaldan las determinaciones de los jueces, reduciendo injusticias en el desarrollo de una competencia.
El videoarbitraje, como se le conoce, se estrenó con una polémica acción en el Mundial de Clubes 2016 en Japón, en el duelo entre Kashima y Atlético Nacional. Allí el árbitro sancionó el primer penalti oficial de la historia con la ayuda de esta tecnología tras confirmar, por las imágenes, un empujón en el área.
Algunos critican la propuesta, como el analista arbitral Rafael Sanabria, argumentando que se pierde el espectáculo, la esencia y la dinámica en los juegos, varios jueces, dirigentes y deportistas defienden el uso de estos medios para evitar acciones polémicas e injustas.
Para Sanabria la ayuda de la tecnología en el fútbol es necesaria pero solo en algunas acciones, como los errores al momento de validar o anular un gol. En lo concerniente al VAR tiene reparos. Afirma que se está usando de una forma que afecta la dinámica del juego y lo pone lento, perdiendo también la autonomía de los árbitros.
“Ya lo hemos vivido en las ligas de Italia, Alemania y en la Copa Confederaciones, donde los jueces abusaban de la herramienta y ante cualquier acción de juego pedían revisar el video. Esto lo hace perder la esencia y lo convierte en un espectáculo aburrido”, advierte Sanabria.
Jorge Perdomo, presidente de la División Mayor del Futbol Colombiano (Dimayor), al hablar del tema señala que es necesaria su implementación para evitar que los errores humanos interfieran en el desarrollo y el resultado de los partidos. En la actualidad, adelanta conversaciones y acercamientos con entidades y organismos calificados con el fin de tener, para la final de la Liga Águila-2, en diciembre, el sistema de video que respalde la labor de los jueces.
Win Sports, como el canal oficial de la Dimayor prestaría la tecnología para su aplicación. Los árbitros podrían revisar las imágenes de la transmisión de los partidos y las repeticiones para tomar una decisión (ver cómo funciona en la ayuda).
Stiven Roldán, asistente arbitral colombiano, sostiene que las expectativas sobre el uso del VAR en Colombia son altas, porque en las ligas europeas se están usando y “si se sabe utilizar pueden ser una ayuda enorme, pensando siempre en mejorar y permitir un buen espectáculo, impartiendo justicia de manera acertada”.
El central antioqueño Wílmar Roldán, quien ha dirigido en varios partidos en los torneos en que la Fifa ha implementado esta ayuda, sostiene que servirá mucho, siempre y cuando se realice todo el proceso respetando los protocolos que ya se han establecido por la Fifa y la Ifab (International Football Association Board, sigla en inglés, organismo que determina la reglamentación de esta disciplina).
Roldán también tiene claro que para un país como Colombia la implementación del sistema puede durar varios meses, teniendo en cuenta que en Italia y Alemania tardaron un año. “Acá seguramente se demorará más, ya que se debe empezar por un tema complejo que requiere de mucha inversión, como es la capacitación de los jueces centrales y sus asistentes”, ya que todos deben estar certificados para poder usar la herramienta. Además hay un agravante y es que, según decisión de la Fifa, no se puede dar certificación a exárbitros.
Perdomo afirma que cuenta con el respaldo de Win, empresa que tiene las herramientas tecnológicas (cámaras y personal técnico) para la planificación y puesta en marcha de la plataforma que se usaría en la final de la Liga Águila-2, todo bajo el asesoramiento de la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol, entidad que regula este deporte a nivel del continente americano), la Fifa y la Ifab, que ya han ejecutado el sistema con buenos resultados en otros países.