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La luna, que había salido a las 5:20 de la tarde, fue testigo, así como los casi 40 mil aficionados que colmaron el Atanasio Girardot, de cómo un equipo puede pasar en cuatro minutos del infierno a la gloria.
Medellín perdía a los 20 minutos 1-0 con gol de Marco Pérez y la moral de sus hinchas estaba casi por el piso cuando Juan Fernando Caicedo desperdició el penalti (59’) frente al paraguayo Joel Silva, quien, blindado por la energía de una foto que observaba de manera frecuente en el arco, lucía invencible.
Y cuando el onceno pijao se tomaba confianza y casi que hacía planes con la final, porque faltaba menos de un cuarto de hora para culminar el encuentro, Juan David Pérez aprovechó un rebote a los 77 minutos para poner el sufrido 1-1 que garantizaba penaltis.
Con ello las lágrimas que derramaba Caicedo en el banco por la mala tarde ya no fueron de impotencia, sino de alegría, porque el DIM estaba vivo, pero sus compañeros querían consolarlo con algo mejor. Hernán Hechalar, de manera sorpresiva metió la cabeza en un remate de Pérez y ahí sí la tristeza le dijo adiós al Atanasio, ya que con el 2-1 de los 81’ Medellín aseguraba la final de la Liga.
Para evitar otro susto en casa y asegurar la disputa de la sexta estrella, el DIM siguió atacando y el premio a ese deseo de superación fue el gol de Charles Monsalvo, los 88’ y con ello la locura colectiva, porque el rojo pasó de perder 0-1 a ganarle 3-1 al bien parado Tolima.
“Con convicción, ganas y confianza sacamos esto adelante; esa hinchada tan linda merecía algo grande como la disputa del título”, alcanzó a decir emocionado Juan David Pérez, uno de los héroes este domingo.
Estadio: Atanasio Girardot. / Árbitro: Luis Sánchez (Valle). / Asistentes: Eduardo Díaz (Cundinamarca) y Hárold Urrea (Caldas). / Asistencia: 39.110 personas.