Ya lo había dicho Hugh Hefner, dueño de Playboy, en broma, en una fiesta con sus colaboradores en 1979, dirigiéndose a las mujeres que habían salido en sus portadas: “Sin ustedes, Playboy sería una revista literaria”.
Ahora, cuando la casa de las conejitas sorprende al mundo con su anuncio de que “no publicará más fotografías de mujeres desnudas como parte de un nuevo diseño para competir con los nuevos medios”, por la cabeza de muchos lectores pasan las celebridades que han habitado sus páginas: Marilyn Monroe, la primera, en 1953; Bo Derek; Madonna; Kim Basinger; Juliette Binoche; Farrah Fawcett —quien apareció en tres oportunidades—.
Y, por supuesto, pasan también las coloridas plumas de los pavos reales que han engalanado esas páginas: Truman Capote, con sus entrevistas creativas en los años cincuenta; Vladimir Nabokov; Jack Kerouac; Arthur C. Clarke; John Irvin; Ray Bradbury...
“Creo que la desnudez siempre ha escandalizado al mundo —comenta el escritor Óscar González—. Hugh Hefner se propuso escandalizar a la sociedad norteamericana en los años cincuenta, porque a ella la ha atemorizado la verdad desnuda. El desnudo se convirtió en su medio para lograr el efecto de una conciencia nueva”.
Ahora, cuando el desnudo está en todas partes —en performances, en manifestaciones, en internet— y poco escandaliza, Playboy lo deja a un lado como estrategia vendedora. Sin embargo, los de la revista aclaran en el comunicado que “seguirá publicando fotos de mujeres en poses provocativas, pero que ya no estarán totalmente desnudas”.
Diego Garzón, editor de Soho, y Simón Posada, editor de Don Juan, publicaciones que combinan mujeres, literatura y periodismo, coinciden en que es preciso esperar el cambio. Ambos sospechan que la revista gringa se acercará a lo que hacen las dos publicaciones colombianas, con desnudos no tan explícitos y nunca exponiendo la “parte de abajo” de los cuerpos.
Es “una decisión que causa sorpresa, porque la característica de Playboy ha sido la publicación de desnudos y contenidos importantes”, dice Garzón.
“Creo —dice el editor de Don Juan— que en Playboy son sabios en cambiar el concepto , porque siempre se han querido desligar de la idea de pornografía. A las revistas pornográficas las castigan mucho. Hasta en las góndolas de las tiendas de revistas las esconden. Debe ser que quieren quedar al frente y competir en el mismo segmento de Esquire, Maxim y otras”.