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“La belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica”, escribió Jorge Luis Borges en el prólogo de su colección Biblioteca Personal. Y es que la belleza es tan subjetiva que lo que ayer era hermoso, físicamente hablando, en el cuerpo de una mujer, hoy no lo es y es susceptible a las críticas.
Así sucedió en la noche de este domingo cuando la reina de Canadá en Miss Universo, Siera Bearchell, fue elegida en el grupo de primeras finalistas del reinado. Una mujer voluptuosa que superó a candidatas como la de Venezuela, quien en preliminares del concurso había ganado como “el mejor cuerpo”. Venezuela no clasificó a las primeras 13 finalistas, Canadá sí.
Cuando Bearchell salió al escenario las críticas en redes sociales por su peso fueron tendencia. Al escoger a las nueve finalistas, Canadá siguió avanzando, aún luego de que en el desfile en traje de baño fuera notoria la diferencia de su peso con las demás candidatas.
“Miss Canadá sí es una mujer voluptuosa pero además se veía muy gruesa porque en ese grupo de finalistas había unas reinas muy delgadas, demasiado delgadas y por obvias razones ella se veía más llena. Yo creo que también Miss Universo quiso mostrar una nueva idea de belleza: que no solamente la mujer delgada puede avanzar a ser finalista”, afirmó el diseñador y preparador de reinas Jaime Arango.
Y es que los cánones de belleza cambian en el mundo año tras año. En la década de los 50, un cuerpo como el de Siera Bearchell era lo más común, admirado y el ideal físico, “en esa década las caderas eran más anchas, los pechos más rellenos, no existía la idea de que los abdómenes tenían que ser planos porque la silueta estaba relacionada con la de reloj de arena”, precisó William Cruz Bermeo, docente de la facultad de diseño de vestuario de la UPB. Mujeres como Marilyn Monroe y Sofía Loren marcaron tendencia en esa década demostrando que la voluptuosidad era belleza, era una estética que revelaba el “estado ideal” de la mujer que se equilibraba entre la delgadez y la gordura.
Las reinas de los años 50 no eran tan delgadas. La primera Miss Universo colombiana, Luz Marina Zuluaga, llegó al concurso de Miss Universo con 58 kilos, y 1,65 de estatura, corría el año 1958. Paulina Vega Dieppa ganó Miss Universo pesando 52 kilos y con 1,78 de estatura.
Recuerda Jaime Arango que en los reinados hay quien siempre llame la atención por salirse de los cánones tradicionales de medidas como 90-60-90 que fueran tan populares en algún tiempo e incluso en la estatura. Una mujer se consideraba bajita para un concurso de belleza si medía menos de 1,70 m y alta si medía más. “Piedad Mejía Trujillo, Miss Colombia 1970 era una mujer que medía 1,60 cm y de sobremesa era muy gruesa, con unas caderas anchísimas. Fue una sorpresa para todo el mundo que hubiera ganado ese año”.
Paula Andrea Betancur, Señorita Colombia 1992 se salió del molde cuando ganó el reinado. Arango recuerda que cuando fue coronada Señorita Colombia no era una mujer delgada, más bien curvilínea y “tenía 98 centímetros de cadera cuando ganó el reinado nacional, muy alta pero bien caderona, con la altura lo equilibraba”.
Ese año a Arango le encomendaron hacerle un vestido a la candidata de Namibia, Michelle McLean, la Miss Universo que le ganó a la colombiana Paola Turbay Gómez cuando esta fue coronada como virreina universal.
“Me mandaron las medidas para hacerle un vestido porque se enamoró de uno de Paula Andrea y quería que le hiciera uno similar. Michelle tenía de cadera 112 centímetros, yo me quedé asustado, pero no se veía tan caderona por lo alta, mide 1,85”.
Michelle McLean medía 1,85, por eso no se notaban sus 112 centímetros de cadera. FOTO Cortesía Miss Universo
En el 96 y el 97 ganaron Miss Universo dos candidatas que dieron de qué hablar. En 1996 Alicia Machado consiguió la corona con un peso de 58 kilos y una figura tonificada. Al entregar el reinado al año siguiente fue notorio el cambio en su figura y su aumento de peso. Hasta el punto de que querían sacarla del reinado, como confirmó Arango, quien preparó ese año justo a quien quedó de virreina, la representante de Aruba Taryn Scheryl Mansell, “ la llamaron a decirle que si ella asumía la corona como faltando cuatro meses para terminar y ella no quiso. Iban a destituir a Alicia Machado porque estaba pasada de peso, Donald Trump la iba a destituir, por eso hay tantos problemas entre ellos”.
En 1997, Alicia Machado le entregó la corona a la estadounidense Brook Antoinette Mahealani Lee, “una mujer de 1.65, chiquitica, muy delgada, que no sonó en todo el reinado y terminó ganando”, precisó Arango.
Y es que en el tema de la estatura hay otros ejemplos como el de la Noruega Mona Grudt quien ganó Miss Universo en 1990 el año en que Lizeth Mahecha ocupó el tercer lugar, “Grudt medía por ahí 1,64, y no era tan llamativa como para ganar. Ahí en esos momentos es en los que concluíamos que la personalidad era muy tenida en cuenta en este concurso y la inteligencia hacía parte de la belleza”.
La actual Miss Universo, la francesa Iris Mittenaere, mide 1,67 por poner otro ejemplo en cuanto a estatura. “No son los parámetros de belleza que tenemos los preparadores de reinas como esquema. Uno piensa que entre más alta, más llamativa en el escenario y mire la diferencia de estatura entre Miss Universo y la virreina. Ahí ganan las actitudes y la personalidad”, confirmó Arango.
Otro caso destacado en Colombia en cuanto al peso de una reina fue el de la Señorita Valle Diana Salgado, destituida por el comité de belleza de su departamento y quien ganó el derecho de regresar al Concurso Nacional de la Belleza por una tutela que interpuso.
“Había sido destituida, según ha asegurado ella, por ‘caderona’ (103 centímetros su medida de cadera), pero gracias a una acción de tutela fallada a su favor finalmente pudo llegar a Cartagena donde ya menea sus encantos de los cuales se siente muy orgullosa”, publicaría EL COLOMBIANO en su momento en 2009.
Siera Bearchell compartió en redes sociales la respuesta que le dio a un periodista en una rueda de prensa en Miss Universo quien cuestionó su figura: ¿Cómo se siente ser un poco más grande que las otras candidatas?.
“Me quedé casi sin palabras. Pensé: ¿Cómo se siente ser yo misma? ¿Cómo se siente confiar en quién soy ?, ¿Cómo se siente cumplir mi sueño de representar a Canadá en Miss Universo ?, ¿Cómo se siente ser un modelo a seguir para tantas mujeres jóvenes que luchan por encontrar a alguien a quien mirar? ¿Cómo se siente la redefinición de la belleza?. Esa fue mi respuesta y se sintió muy bien”, dijo.
Que Canadá haya avanzado tanto en Miss Universo es muy particular en momentos en los que la cultura fitness, el ejercicio extremo y el atento cuidado en la alimentación están en auge. “Yo creo que eso tiene mucho que ver con la conciencia canadiense. Un país que pregona la inclusión, el amor a la diferencia. Evidentemente es muy bella pero no es la figura común en un reinado. Es también una cuestión de cómo estos concursos están cambiando”, concluye Cruz Bermeo.
Para Arango influyó mucho la personalidad de Miss Canadá y quizá una demostración particular de Miss Universo, “como para que la gente entienda que los parámetros no son comunes y que la belleza se puede dar de muchas formas”.