Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

El regreso de los calzones de las abuelas

Las jóvenes compran ahora más prendas íntimas que las hacen sentir cómodas, sexis, y muestran menos.

  • ilustración elena ospina
    ilustración elena ospina
31 de enero de 2016
bookmark

Sandalias de gladiador que llegan a la rodilla, alas, bucles de pelo dorado hasta debajo de los hombros. La modelo Doutzen Kroes camina como una valkiria en el escenario. Un pedazo blanco de tela en forma de triángulo es lo único que la cubre de la cintura hacia abajo. Dos tiras de menos de un centímetro de grosor conectan el frente de la prenda con la zaga. Ahí, un encaje con transparencia le corta el glúteo en diagonal.

Diríamos que Kroes, en esa aparición del show de moda de Victoria´s Secret del 2013, usaba una tanga brasilera; pero la terminología de ropa interior femenina puede ser inexacta cuando la diferencia son centímetros de tela. Lo manifiesto es otra cosa: es una prenda que no cualquier mujer estaría dispuesta a usar.

Para algunos, la diferencia no radica en que tengan o no su cuerpo. Sería un asunto de comodidad. En un artículo publicado en mayo del 2015, el New York Times recogía información de la consultora de mercado NPD Group. Las estadísticas de los analistas decían que, en Estados Unidos, las ventas de tangas durante el último año cayeron un 7 por ciento, mientras que las de prendas con mayor cobertura —bóxers femeninos, culottes, cacheteros, pantis tipo clásico y hipster— aumentaron en un 17 por ciento.

Un informe del portal especializado Grazia -del Huffington Post-, de enero de este año, confirma la tendencia en España. Firmas como Women’s secret reportaron descensos de hasta el 4 por ciento en la venta de tangas, mientras que indicaron el crecimiento de tanto brasileñas como “anchas” en un 6% y 9%, respectivamente.

Por supuesto, no es que el imperio de la tanga esté en jaque. Sería imposible imaginar a dos sumos luchando en cacheteros. Pero las variaciones en las compras sí indican un cambio en las tendencias. Por lo menos, entre las nuevas generaciones.

Problemas de lenguaje

Traducir de Estados Unidos a España la palabra “thong” y luego traer los términos “tanga” y “braga” al español colombiano da pie a la incertidumbre. En Colombia abundan los nombres. Panti tipo hipster puede ser lo mismo que un cachetero, y un hilo lo mismo que una brasilera.

Lo más sencillo es, como dijo Édison Carmona, gerente de Mercadeo de St. Even, irse a los extremos. En el mercado puede hablarse de dos grandes grupos de estilos en general: las prendas que son más reveladoras y apelan a elementos como la sensualidad —hilo dental, brasilera, ciertas tangas— y las que buscan más comodidad y cubren una mayor área del cuerpo —cacheteros, culottes, bóxers femeninos, panties tipo hipster, entre otros—.

Con esto pueden aterrizarse los resultados de los informes de otros países. Así, la tendencia se repite en Colombia: las marcas consultadas, la mayoría de ellas con presencia nacional, reportaron aumentos en las ventas de las bragas y disminuciones en las tangas.

Mariluz Hincapié, jefe de ventas de la Feria del Brasier y solo Kukos, explicó que durante el periodo 2014-2015, “encontramos un incremento de hasta el 20 por ciento en las ventas de estas prendas. Sumado al crecimiento, si antes las ventas eran 60 por ciento tangas y el 40 por ciento cacheteros, ahora es lo opuesto”.

Camila Vélez, directora de línea de Punto Blanco femenino, dice que inclusive detalles pequeños que diferencian los diseños pueden influir. “En dos tipos de tangas que tenemos, unas con un costado delgado, de tiras, y otras con un costado más amplio, las ventas de las amplias han aumentado por lo menos un 20 por ciento en el último año”.

Que dos centímetros de tela puedan afectar las ventas significa mucho. Según un informe del diario La República de agosto del año pasado, las ocho empresas colombianas más grandes de ese mercado movieron más de 1,2 billones de pesos. Se estimaba que, para este año, el sector de la ropa interior crecería un 10 por ciento.

Y aunque este tipo de prendas apelan a cualquier tipo de mujer, son preferidas por las de menor edad. “En un mercado más juvenil tienen más fuerza el culotte más ancho de forma horizontal y el cachetero”, dijo Carmona. Inclusive desde hace años la marca descontinuó el panti, un intermedio entre la brasilera y el cachetero. “Ahora la media no funciona. Nuestro público, mujeres entre 18 y 40 años, quiere utilizar brasilera o culotte”, afirmó.

Sarita Trujillo, gerente de Purpuratta, dijo algo similar. “Creo que las bragas estaban concebidas como ropa interior para niñas o mujeres demasiado adultas. Ahora, aunque es un tema más de gusto que de edad, dejan de ser prendas exclusivas y se abren a un público mayor”.

El por qué de la braga

En Feria del Brasier y solo Kukos no tienen departamento de diseño, sino que dependen de productos que sus proveedores les lleven. Aunque esto podría ponerlos en jaque frente a su competencia, “los productores están siempre enterados de las tendencias del mercado. Algunos vienen y, sin decirnos, nos traen portafolios con más cacheteros que tangas”, dice Hincapié.

Según los informes, las causas de esta tendencia en el mercado apuntan en varias direcciones: la búsqueda de la comodidad en lo cotidiano, la implementación de nuevos diseños en las prendas y el empoderamiento del cuerpo femenino.

“[La más joven] es una generación que toma sus propias decisiones. Aunque es una prenda que apela a un rango de edad muy amplio, sí la prefieren las más jóvenes. Les importa más la comodidad, sin dejar del todo su lado sexy”, estima Vélez.

En las distintas marcas, la comodidad viene del uso de materiales como algodón o licra. Lo sexi se logra con encajes, blondas o transparencias. Al usar superficies más extensas de tela en vez de tiras, evitan que la prenda se marque sobre prendas como un vestido.

Algunas mujeres también dicen usarlos porque son más efectivos contrarrestando los efectos de la gravedad. Por su forma, los cacheteros, culottes, bóxers o hipsters ofrecen más soporte que una brasilera. Aunque el cachetero “sostiene mejor la cadera”, según Hincapié, pareciera ser más un asunto de percepción. “Si no usas una prenda diseñada para el control, con en materiales rígidos o con una confección especial, no haces nada”, opinó Carmona.

Los cacheteros modernos no son los mismos calzones de la abuela. Ahora, las jóvenes los prefieren por cómodos y gracias a desarrollos en diseño y materiales. Pasaron de ser una prenda poco atractiva a una opción sexi y juvenil. Si la premisa para preferir una prenda es que sea confortable, todo indica que los cacheteros estarán por un tiempo. A lo mejor hasta que las jóvenes modernas se vuelvan las abuelas de su época.

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto
Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD