Empresas Públicas de Medellín (EPM), les ha pedido a los organismos de control que investiguen al Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea), su socio en la hidroeléctrica Pescadero Ituango, que con 90.000 millones de pesos se hizo el pasado martes al control de este proyecto.
Según Federico Restrepo Posada, gerente General de EPM, esa solicitud se la hicieron ayer a la Contraloría Departamental, con copia a la Contraloría General de la Nación.
"No es una demanda", aclaró el funcionario. Su idea es que los organismos de fiscalización le ayuden a resolver inquietudes como estas:
¿Para qué necesitaba el Idea invertir la millonaria suma en la toma de control de Pescadero?
¿Por qué el valor de 90.000 millones de pesos?
¿Por qué se hizo en esa forma, que los analistas llaman toma hostil?
¿Por qué unas acciones que el lunes valían 1.000 pesos la unidad, el martes se pagaron a 36.854 pesos?
¿A cualquier precio?
El gerente General de EPM negó que su entidad estuviera dispuesta a comprar el 6,12 por ciento de los accionistas minoritarios a cualquier precio. Apoyado en versiones del director Ejecutivo de la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI), el gerente General del Idea, Álvaro Vásquez Osorio manifestó el pasado miércoles que EPM llegó a ofrecerles a los pequeños el mismo valor (36.854 pesos), más lo que costara la multa por quitarse del negocio.
La versión de Posada Restrepo es que, efectivamente, uno de sus funcionarios llamó al vocero de la CCI, le dijo que estaban dispuestos a igualar el precio del Idea, pero el asunto murió cuando le dijeron que el valor era 46 millones de dólares.
De acuerdo con las valoraciones efectuadas por EPM, las acciones de Pescadero Ituango valen 2.000 pesos. O a lo sumo 4.500 pesos, que fue el valor ofertado a través de la Chec por el 0,81 por ciento de las acciones que la Empresa de Energía de Bogotá tenía en este proyecto.
Como muestra de la buena fe con la que Empresas Públicas ha actuado en la promotora de Pescadero, el funcionario recordó que el 28 de marzo de 2006 EPM y Eade (empresa filial), tenían el 53,07 por ciento de las acciones del proyecto. Ese día se aprobó una capitalización de 15.000 millones de pesos. Tanto EPM como Eade renunciaron al derecho a suscribir los títulos. La intención era que el Departamento y el Idea las tomaran, con el fin de equilibrar la propiedad en el 43 por ciento.
Así se hizo, recuerda Restrepo Posada. Esas acciones eran de 1.000 pesos. No se pidió ninguna prima o valor alguno por el hecho de ceder el control, lo cual, visto hoy, podría parecer un acto de ingenuidad, pues el Idea sacó de sus arcas 90.000 millones de pesos para conseguir algo que una vez ya le habían regalado a ella y a su dueño.
"No podemos actuar de malos en esta historia, cuando hace dos años cedimos el control", reafirmó el gerente General de EPM. Y añadió que esa renuncia al control fue consistente con un manejo transparente de lo público. "Estas son instituciones del Estado. Los funcionarios pasamos y tenemos que ser responsables. Hay que procurar que los conflictos que se presenten se resuelvan sin que las consecuencias las pague la ciudadanía".
"Cero preocupación"
Tal fue la expresión de Álvaro Vásquez Osorio, gerente General del Idea, cuando este diario le consultó sobre la solicitud de investigación que, en su contra, ha pedido EPM.
El funcionario sostuvo que "entendemos que EPM esté molesto porque el control de la sociedad esté en cabeza del Idea y el Departamento de Antioquia".
Sin embargo, agregó que tiene la certeza de haber obrado con la mayor transparencia, basado en unas estimaciones del valor del proyecto efectuadas por una firma tan seria como Corficolombiana y frente a las oportunidades que para el desarrollo de Antioquia representa Pescadero.
La noticia tampoco lo tomó por sorpresa. Vásquez recordó que desde antes de iniciar la toma de control sabía de los riesgos que estaba tomando. "Pero tenemos una tranquilidad absoluta para ir ante las autoridades de control para darles las explicaciones de rigor y para tranquilidad de todos".
No como ingeniero, sino amparado en su título de abogado, el gerente del Idea consideró que aquí no cabe ninguna posibilidad de devolver el negocio que se ha hecho con los accionistas minoritarios. Él está convencido de que la operación se hizo atendiendo los principios de legalidad, transparencia y racionalidad económica.
Puntos de acuerdo
Más allá de este conflicto entre EPM y el Idea también han comenzado a aflorar algunos acuerdos.
Pescadero ya no podrá seguir siendo manejado por una promotora, que tiene un gerente, una secretaria y un abogado de 1 millón de pesos mensuales. Ahora se precisa nombrar un gerente y la estructura propia de una empresa que tiene entre manos un proyecto de 3.900 millones de dólares.
Así mismo, se elaborará un acuerdo de accionistas. El Idea sostiene que su intención, como controlante, "no es voliarle codo a EPM". El grupo empresarial está en la primera fila de los socios y le ofrecerán que se encargue de la operación de Pescadero, aprovechando sus más de 50 años de experiencia en este tipo de obras.
En el modelo tradicional de EPM, la entidad desarrolla el proyecto, lo opera, vende su energía y recupera su inversión. El Idea tiene otro enfoque, el mismo que, según Vásquez Osorio, explica la toma de control: El Departamento no quiere ir a pedirle plata a la banca, ni comprometer unas garantías y unos recursos durante 15 o 20 años.
Más claro, al Idea le interesa hacer Pescadero, pero comprometiendo lo menos posible la capacidad de endeudamiento. Una fórmula podría ser el llamado BOT, mediante el cual un tercero construye la obra, la opera durante 20 o 25 años y luego la transfiere a los dueños del proyecto. Estos, reciben una prima por ceder el proyecto y, según la negociación que se haga, podría hasta percibir un porcentaje de las rentas que anualmente genere la hidroeléctrica.
De entrada, EPM no descarta un tipo de negocio como este. Tampoco los contratos de venta de energía de largo plazo (PPA, en el lenguaje de los técnicos). Y, aunque a algunos se les pare el pelo, ni siquiera descarta una eventual venta de la central, si es que aparece un comprador dispuesto a dar por ella una atractiva suma.
Entre los requisitos que pondría el Idea está que el comprador se comprometa a instalar en Antioquia una planta de aluminio, que al situarse en Urabá también se complementaría con un puerto para llevar este producto a los mercados mundiales y para traer la materia prima.
Llegado a este punto, Vásquez Osorio reafirmó que para propiciar unas inversiones en Antioquia del orden de 6.000 millones de dólares, (sumando Pescadero, la planta de aluminio y un nuevo puerto), se invirtieron cerca de 50 millones de dólares en el control de Pescadero. Sencillamente, anota, "era nuestra obligación hacerlo".
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