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Un sueño antioqueño de más de 50 años, en el que participaron generaciones enteras, podría terminar en manos de chinos, brasileños o coreanos.
Así percibe el ex gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, el multimillonario proceso de subasta de la hidroeléctrica Pescadero-Ituango, cuya fecha de cierre -dice- no dará tiempo ni para el debate: 30 de julio próximo.
"Esto me suena a Panamá (refiriéndose al tratado mediante el cual Colombia entregó parte de su territorio para la construcción del canal a principios del siglo XX)", afirma Gaviria, al explicar que lo que recibirá Antioquia no se compensará con los miles y miles de billones de pesos que obtendrá el consorcio que construya y explote la hidroeléctrica.
Las cifras de Gaviria son de este tamaño: en el mejor de los escenarios, los socios de Pescadero-Ituango (EPM-Idea-Alcaldía y Gobernación) terminarán recibiendo algo que no superará los 400 mil millones de pesos.
En el negocio, esta cifra correspondería a la prima, menos lo invertido o comprometido, si se tiene en cuenta que el presupuesto de HidroItuango pasó de 300 mil a 560 mil millones de pesos.
A cambio, la empresa a la cual le sea adjudicada la licitación deberá invertir cerca de 2.800 millones de dólares. Sin embargo, Gaviria se pregunta: "¿Pero cuánto le van a sacar?".
Si una empresa como EPM -prosigue el hoy candidato a la Vicepresidencia por el partido Liberal- obtuvo dividendos el año pasado por 1,6 billones de pesos, ¿cuánto recibirán los extranjeros que se hagan a HidroItuango en 30 años de explotación, si la producción de megavatios sería similar a la de la totalidad de EPM? A eso se suman los 10 años que demora la construcción de la planta, operación que, por su puesto, también será rentable para la empresa que lo asuma.
"Miren ustedes, 400 mil milloncitos de pesos por entregar el gran sueño antioqueño, cuando tenemos un socio y un hermano, como es EPM, que tiene no sólo el reconocimiento internacional, sino la capacidad de ejecutar y explotar el proyecto", declara.
En cuanto a que EPM también participará en la licitación, Gaviria deja entrever que sería "jugar con candela", al abrir la posibilidad de que foráneos con más músculo financiero oferten por encima y se lleven el proyecto.
Pero, ¿qué hay detrás de la joya que representa HidroItuango? Gaviria dice que existe "una intención de apropiación con fines políticos".
Para entenderlo, habría que irse un poco más atrás. A lo que se llamó la "toma hostil" (es decir, la compra de acciones a los minoritarios por parte de la Gobernación de Antioquia en esta administración, por 40 mil millones de pesos), devino en la fractura de las relaciones entre EPM y el Departamento.
Con lo anterior, la Gobernación pasó a ser socio mayoritario con un 52,7 por ciento, lo que significa poder de decisión en la junta. EPM debió conformarse con cerca del 47, cuando antes del período de Aníbal Gaviria aparecía como predominante.
Explica además, que Medellín equiparó su participación accionaria con la Gobernación basado en la generosidad de Juan Felipe Gaviria (antiguo gerente de EPM) y de Sergio Fajardo (ex Alcalde), a través de una operación que costó solo 2 mil millones de pesos y sin que el Departamento tuviese que pagar una prima.
Ya con Luis Alfredo Ramos como Gobernador, vino la "toma hostil". "Uno de los argumentos con los cuales se justificó esa operación era que Pescadero-Ituango le pertenecía a Antioquia. Hubo vallas con esa frase y se hizo publicidad en ese sentido. Siempre me sorprendí mucho porque eso parecía como que Medellín no era Antioquia", dice.
En el análisis que hace el ex Gobernador, no tiene sentido, entonces, que ahora se quiera entregar a un tercero un megaproyecto de la envergadura de HidroItuango, con la resignación de tener que esperar 40 años para su explotación.
"O sea, lo compramos y se lo quitamos a nuestro socio natural (EPM) para armar un cuento y terminar dándoselo a los chinos o a otros. Este es un proceso que ha tenido difusión, pero no discusión", dice.
"Me pregunto, ¿los que soñaron este megaproyecto en 1966, lo hicieron para esto? ¿lo soñaron para que lo entreguemos?", fueron las preguntas que dejó Gaviria sobre la mesa, al tiempo que insistió en abrir un debate público sobre el tema.