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HISTÓRICO
La Azcárate se puso pesada
POR MÓNICA QUINTERO RESTREPO | Publicado
El título, en principio, parecía un artículo común y corriente, incluso con una palabra positiva: ventajas.

Sin embargo, la columna de Alejandra Azcárate , Las 7 ventajas de la gordura, terminó en polémica. Si intentó jugar con la ironía, como suele hacerlo, la lectura fue diferente. Se sintió ofensiva, con un mensaje negativo y, si era lo que quería, para nada chistosa.

Lo dice Laura Pereyra , bloguera argentina, que dirige el blog Yo la más gorda, "una cosa es la aceptación física y otra muy distinta burlarse de quienes son gordos. Como si uno no padeciera ser discriminado".

Las palabras de Azcárate intentan señalar ventajas del ser gordo, a través del sarcasmo. Va un ejemplo: "Cuando van a los almacenes no se pasan horas midiéndose opciones de prendas porque pocas veces encuentran su talla. Sus compras son breves. ¿Qué me queda? Eso me llevo. Punto".

Y termina con una contradicción, si se piensa que la palabra ventaja se refiere a una condición favorable: "Con todo y eso, no nos digamos mentiras, es mejor ser flaca. Así que no se engañen más (...) Están gordas. ¡Asúmanlo! Y así suene cruel, es la cruda verdad".

Las respuestas no se hicieron esperar y se vieron en las redes sociales y en algunos blogs. Laura Agudelo , autora de La pesada de la moda, fue una de ellas.

"Lo que me parece terrible es que yo sé que hay mucha gente que la sigue y me parece terrible el mensaje que está mandando. Eso es contribuir a que haya más anoréxicas, más niñas y niños bulímicos. Eso incentiva el matoneo. Mañana muchas niñas van a llegar y seguramente les van a decir ¿y se comió su bandeja paisa? ¿Y ahora qué se quiere comer?".

La mayoría de comentarios, de hecho, se refería a lo que puede causar la opinión de la artista en personas que no están contentas con su cuerpo.

"Siento que hay gente en este mundo que habla de más, gratuitamente y ponderando ese poder que tienen, sumado al de la fama, son capaces de exponer conceptos absolutamente perjudiciales para muchos", concluye Pereyra.

Quizá el mensaje debe ser, como el dicho, a palabras necias, oídos sordos. También, que hay que cuidar lo que se dice y, por supuesto, lo que expresa Laura Agudelo : "Yo nunca pretendo que mi blog sea una apología de la gordura, pero sí que nos aceptemos, que si somos gordos, qué le vamos a hacer, pero veámonos bonitos". Es de amor y apoyo.
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