Las cifras que reveló el Dane en días pasados sobre pobreza departamental, ponen de relieve las grandes diferencias que en esta materia se presentan en las diferentes regiones del país.
Mientras que en ciertos departamentos como Antioquia, Risaralda y Santander, y en la ciudad de Bogotá, las tasas de incidencia de la pobreza total no sobrepasan el 30 por ciento, en otros, como Chocó, Cauca y Córdoba, dichos niveles son mayores al 60 por ciento.
En otras palabras, las diferencias entre los promedios extremos de la distribución de la pobreza departamental son de más del 100 por ciento.
Las diferencias en materia de pobreza extrema son aún mayores. Por ejemplo, mientras Bogotá, Atlántico y Risaralda tienen niveles de pobreza extrema menores del cinco por ciento, los departamentos de Cauca y Chocó los tienen de casi el 35 por ciento.
En este caso, las diferencias entre los extremos de la distribución son de siete veces.
El Departamento Nacional de Planeación señalaba, no hace mucho, que entre 2008 y 2011 la pobreza promedio para Colombia se redujo del 42 por ciento al 34,1 por ciento y la pobreza extrema lo hizo del 16,4 por ciento al 10,6 por ciento.
Si nos quedáramos con estas cifras promedio, que no hacen referencia alguna a la varianza que hay dentro de la población pobre del país, no tendríamos idea de que hay regiones en las que la pobreza total es casi el doble de la pobreza media nacional. O que en lo que tiene que ver con la pobreza extrema, hay departamentos que, en promedio, tienen niveles que son más de tres veces mayores a los del promedio nacional.
La información sobre pobreza en Colombia ilustra, de manera adecuada, la importancia que tiene la varianza como estadística útil para la comprensión de los fenómenos económicos y sociales.
Esta ha sido una tesis que ha sostenido el matemático, profesor universitario y autor de libros sobre matemática económica, Diego Escobar U.
Para el profesor Escobar, la varianza amplía y precisa la información que los promedios proveen.
Si en el caso de las cifras sobre pobreza en Colombia se publicaran, junto a los promedios departamentales o el total nacional, las respectivas varianzas tendríamos una mayor comprensión de lo que pasa con este fenómeno y se les ayudaría a los hacedores de política, no sólo del orden nacional, sino también en el departamental y en el local, a afinar sus intervenciones en favor de los grupos más pobres de la población.
Igualmente, el comportamiento que durante los últimos años han tenido los precios internacionales de los bienes agrícolas ha enseñado que no sólo basta destacar el nivel promedio alcanzado, sino que también es necesario registrar la variabilidad que dichos precios presentan.
Así lo hace la FAO en sus reportes periódicos.
La conjunción de una serie de factores, entre los que se cuenta el cambio climático, fenómeno que le imprime una gran variabilidad a la serie, explica la necesidad de incluir la varianza como un indicador útil en la comprensión de la tendencia y el comportamiento de los precios agrícolas.
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