<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
HISTÓRICO
RÉQUIEM POR UN ALMA
  • RÉQUIEM POR UN ALMA |
    RÉQUIEM POR UN ALMA |
Por JORGE BARRIENTOS MARÍN | Publicado

Érase una vez una Alma Máter donde la comunidad se sentía feliz de estudiar y trabajar.

El orgullo se sentía, desde los humildes lustrabotas, administradores de cafetería, los estudiantes y profesores, los egresados, hasta la administración de la Universidad de Antioquia. Hoy queda poco de esa alegría, la comunidad universitaria vive en una angustia e incertidumbre permanentes y temerosa de los actos de los violentos, por no llamarlos delincuentes.

En el Campus de la Universidad de Antioquia no son raros los asaltos a profesores, estudiantes, a los restaurantes o la librearía; tampoco son extrañas las ventas informales de muchos productos, tanto legales e ilegales, especialmente películas y discos piratas; son frecuentes los ataques a la infraestructura de la Universidad, los torniquetes de las puertas de acceso, los laboratorios; no hace mucho tiempo los equipos de la Escuela de Microbiología y, recientemente, el Instituto de Educación Física, fueron blancos de la ira e intransigencia de los violentos.

La semana pasada, los grupos que operan en la Universidad de Antioquia, bajo diferentes nombres, consignas e idearios, volaron los cajeros automáticos de la Cooperativa de profesores. Muchos docentes reciben su sueldo en la cuenta de la Cooperativa y se consideraba un lugar seguro para retirar dinero.

Hace varios meses el único cajero que había de una reconocida entidad financiera también fue volado por los redentores de la causa social.

La Universidad es el reino de la confusión, ya no se sabe quién representa la lucha social y quién es delincuente.

La dimensión de los actos violentos de los diferentes grupos define sus propósitos, a saber: sembrar el miedo, pero es tan parecido el modus operandi que es difícil atribuirle un hecho a un grupo específico.

Con frecuencia se ven "paradas" militares en las plazoletas, encapuchados pintando las paredes de los bloques, aunque esto sería el menor de los problemas, si no fuera porque torna el ambiente tenso y es, en general, el augurio de que hay que alistarse para salir huyendo bajo las piedras y los gases lacrimógenos.

La Universidad es un extraterritorio, donde todo puede suceder, bajo la mirada impotente de las autoridades, del gobierno de la Universidad e incluso de los profesores, quienes ubicados en la zona de confort de la indiferencia aceptamos que la Universidad, el sitio de trabajo que soñamos se nos vaya de las manos.

Los violentos son los únicos que se sienten protegidos y seguros en el interior del Campus Universitario, mientras algunos nos preguntamos hasta cuándo seremos víctimas del asedio permanente de la delincuencia, la violencia y la indiferencia que nos asuela el Alma.

@jhbarrientos

x