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Los triunfos, además de premiar los esfuerzos individuales y colectivos, generan armonía y tranquilidad y eso, según el atacante Orlando Berrío, es lo que sucede ahora en Atlético Nacional.
Llama la atención, eso sí, el cambio radical en tan poco tiempo y con tan pocas variantes en la formación titular. La respuesta solo la tienen los jugadores que nunca la revelarán, apegados a la manida frase de que "los problemas de un equipo se quedan en el camerino".
La victoria de los verdolagas por 2-0 en Cortuluá resultó justa, pues los dirigidos por José Fernando Santa cumplieron bien la tarea y conservaron el trabajo colectivo y solidario que hicieron frente al América.
"Hemos hecho caso a las órdenes del entrenador de tener más la pelota, cuidarla y darle más toques antes de la definición, ya no dependemos de los pelotazos", apuntó Berrío, quien ha hecho tres goles en las dos últimas presentaciones.
Y aunque las labores en equipo son prioridad hoy en día en la escuadra nacionalista, el sábado brilló por su talento Giovanni Moreno, quien inició el primer gol de Berrío (el árbitro se lo dio al cartagenero). Y, una vez más, jugó para el grupo y mereció los aplausos de la afición en el estadio Doce de Octubre cuando salió lesionado de una rodilla.
A diferencia de partidos pasados de la Liga Postobón, Nacional supo aprovechar la superioridad numérica tras la expulsión del arquero Carlos Barahona, a los 16 minutos, y completó 19 puntos que ilusionan a la fanaticada, máxime cuando tiene pendiente el duelo con Medellín.
Si bien el conjunto paisa tuvo baches, especialmente en el arranque del segundo tiempo, la justicia de su victoria no se discute.
Y los anima para pensar positivamente de cara al clásico antioqueño 262 del próximo jueves en el Atanasio, que estará para alquilar balcón.