Aunque el Tribunal Superior Electoral de Brasil declaró que el expresidente Lula da Silva está impedido para ser candidato en las elecciones presidenciales del 7 de octubre, el Partido de los Trabajadores (PT) continúa su campaña con Lula como candidato, ignorando la decisión de los magistrados que negaron su participación en una votación de seis contra uno en la madrugada del sábado.
La apuesta del PT es apelar la decisión para que sean reconocidos sus derechos políticos y “defenderlo en las calles, junto con el pueblo, porque él es el candidato de la esperanza”, aseguró el partido en un comunicado. La pregunta es, ¿por qué continúan con una campaña a favor de Lula si ya el tribunal impugnó su candidatura presidencial?
La respuesta está en que el PT busca crear una movilización social a su favor que permita aumentar la popularidad de su fórmula vicepresidencial, Fernando Haddad.
Iván Godoy, analista y periodista brasileño, explica que esta estrategia “busca evitar que se dispersen los votos de Lula entre varios candidatos”, pero asegura que la gran duda está en si lograrán heredar esos sufragios a Haddad. “Si logra transferir por lo menos la mitad, o sea, el 20 % del total de electores, Haddad puede ir a la segunda vuelta”, afirma.