En la primera inspección, el miércoles, los miembros de la Policía Antinacórticos de Ecuador y los perros entrenados para hallar sustancias alucinógenas no pudieron dar con el paradero de la droga escondida en el bus accidentado con 46 personas a bordo en la madrugada del martes. La opción de un cargamento en ese vehículo había sido descartada.
Sin embargo, este jueves en un procedimiento de rutina a otros automotores retenidos en los patios del Cantón norte de la Policía, casi saliendo de Quito, un perro se inquietó bastante mientras pasaba por el bus semidestruido que salió de Cali con rumbo a Perú y en el cual viajaba una excursión gratuita.
“Este jueves recibimos la señal e iniciamos un procedimiento y efectivamente hallamos un compartimiento oculto, conocido como caleta; allí verificamos que existían paquetes de alucinógenos en el interior”, explicó Carlos Enrique Alulema Miranda, general de Distrito Director Nacional de Antinarcóticos de Ecuador.
Con base en esa información, las autoridades iniciaron un proceso de desmantelamiento del bus con cortes a las latas, levantamiento del piso, remoción del volante y parte del motor. Un procedimiento que inició a las 6:00 p.m. y finalizó a las 3:00 a.m., y en el cual fue necesaria la presencia de 40 hombres de la fuerza pública, quienes trabajaron en turnos durante esas horas.
Hacia las 10:00 p.m. las autoridades dieron un parte preliminar en el que aseguraron haber encontrado media tonelada de marihuana tipo creepy.
No obstante, la cifra podría crecer porque cuando fue emitido el reporte apenas habían desmantelado el 20 % del bus.
“La droga fue encontrada en el piso, en la cubierta de los asientos y la carrocería”, explicó el general.
En esos lugares, había un reforzamiento manual, donde viajaba la droga. Por ejemplo, en el piso del bus existía una doble capa de lata al igual que en los compartimientos de los asientos.
“Estas personas habían adulterado considerablemente la estructura del bus”, agregó el general Antinarcóticos.
Eso explica por qué en el accidente ocurrido el martes en la madrugada en la vía Papallacta, Ecuador, no hubo rastros de la droga, a pesar del fuerte impacto que acabó con la vida de 24 personas y dejó 22 más heridas.
Para llegar hasta el alcaloide, las autoridades ecuatorianas tuvieron que contratar a expertos para cortar el bus.