Trump sacó a EE. UU. del Acuerdo Transpacífico, ¿y eso en qué nos afecta?

Donald Trump firmando la orden ejecutiva que sacó a Estados Unidos del TPP. FOTO AFP.

Estefanía Carvajal Restrepo

24 de enero de 2017

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Colombia quiso hacer parte del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) prácticamente desde que los 12 países firmantes empezaron las negociaciones, en el año 2009.

Primero fueron Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur, que se unieron en 2006 en un acuerdo que se llamó P4. Después se unieron Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Perú y Vietnam, cuando firmaron el texto definitivo en febrero de 2016.

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Sin embargo, una economía pequeña de América del Sur amenazada por un conflicto armado interno de más de 50 años no era viable para integrar un bloque económico de semejante magnitud, en el que todos los miembros juntos sumaban el 40 por ciento del Producto Interno Bruto mundial.

En ese momento, explica el politólogo y analista internacional de la Universidad de Antioquia Felipe Buitrago, “las condiciones políticas y jurídicas de Colombia no eran las más amables para un acuerdo de esa envergadura”.

Hoy, un día después de que el principal socio comercial de Colombia anunciara su retiro del TPP, la inclusión del país en el acuerdo parece una posibilidad aún más remota, aunque no imposible.

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Por eso, más allá de si firma o no un tratado que sin Estados Unidos no tiene la fuerza de antes, la pregunta es cómo afecta a Colombia la primera gran decisión de Donald Trump como presidente.

Y para responder a esa pregunta es fundamental mirar hacia el continente asiático: el gran ganador de la salida de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico es China.

Para Catherine Pereira, directora del programa de Negocios Internacionales y Comercio Exterior de la Universidad de La Sabana, el acuerdo no hay que verlo sólo desde lo comercial, sino también desde la geopolítica.

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Según la internacionalista, el TTP tenía un gran valor para la administración de Barack Obama “porque era la forma de contrarrestar la influencia de China en Asia”. Y ahora, sin los Estados Unidos en el terreno de juego, los chinos querrán ocupar su lugar.

“La nueva administración (de Estados Unidos) quiere dar una mirada más hacia adentro, y eso les da la oportunidad a otros países que miraron mucho tiempo hacia adentro, pero ahora son proglobalización”, explica Pereira.

Los chinos saben que tienen poco tiempo para salvar lo que queda del TPP y se metieron de lleno en la carrera contrarreloj: el Gobierno del gigante asiático ya buscó a los 11 países que firmaron el acuerdo en febrero del año pasado para proponer una nueva alianza comercial, pero esta vez en torno a China.

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Ahora, si Colombia no hace parte del TTP ni tiene tratado de libre comercio con China, ¿cómo podría afectarnos su liderazgo?

Resulta que Colombia hace parte de la Alianza del Pacífico, una iniciativa de integración regional en la que también están Chile, México y Perú. Todos, con excepción de Colombia, firmaron el TPP, y dos de ellos -Chile y Perú- tienen una fuerte relación comercial con los chinos.

Si bien “la balanza comercial con China no es muy buena”, dice Pereira, es posible que Colombia siga pujando por entrar al TPP -aprovechando las nuevas condiciones de orden público con la salida de las Farc del conflicto armado- y que busque otras oportunidades comerciales con los países del Sudeste Asiático y Oceanía.

“China va a ser bastante predominante y seguramente la Alianza Pacífico va a tener cierta interacción con este bloque”, prevé la internacionalista.

Pero, como están las cosas hoy, ¿cuál es la probabilidad de que Colombia firme el TPP?

“Eso depende de la voluntad de los gobiernos”, dice Buitrago. Los 11 países miembros y sus parlamentos, que deben ratificar el Acuerdo Transpacífico, tienen la última palabra: ¿quieren retirarse del tratado como Estados Unidos o enfrentar juntos las políticas proteccionistas de Donald Trump?

Si eligen la última opción, se siguen reuniendo y forman una nueva coalición en torno a China, “posiblemente le abrirán las puertas a Colombia en nuevos mercados”, explica el politólogo de la Universidad de Antioquia.