Hace 35 años en Estados Unidos se vivió uno de los primeros procesos judiciales que fue seguido y transmitido por los medios de comunicación. Se trató de un crimen en el que, por dinero, una mujer mandó a matar a su esposo con la ayuda de su amante: un menor de 16 años, que era su alumno. El caso, que involucró a otros tres menores, se destapó por la grabación de una llamada. Así fue el caso.
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En mayo de 1990, un crimen sacudió la ciudad de Derry, en el estado de New Hampshire. Se trató de la muerte a tiros de Gregory Smart, de 24 años, en su hogar. El autor material fue William Flynn, un joven de 16 años que era conocido con el apodo de “Billy”, quien confesó cumplir órdenes de su maestra y amante, Pamela Smart, de 22 años.
Smart era coordinadora de medios en una escuela secundaria y, a la par de su trabajo, mantuvo una relación clandestina y extramarital con Flynn, estudiante e integrante de un grupo educativo en el centro escolar. Según el proceso judicial, Pamela habría manipulado al adolescente amenazándolo con terminar la relación si él no acababa con la vida de su esposo. El asesinato terminó consumándose el 1 de mayo de 1990 en el hogar de la pareja.
Flynn, junto a otros tres menores, ejecutó el homicidio. Patrick Randall, compañero de clases, amenazó con un cuchillo a Gregory, mientras que Flynn le disparó en la cabeza.
La investigación reveló conversaciones secretas entre Pamela y su amiga, Cecelia Pierce, quien grabó evidencia donde la maestra, presuntamente, admitía su implicación. Este caso escaló en los medios que cubrieron el juicio, lo que marcó un giro mediático hasta entonces inédito en Estados Unidos, al ser uno de los primeros en ser transmitidos por televisión.
Flynn contó que la manipulación de Pamela había llegado al punto de decirle que quería estar siempre con él, pero que “la única forma que ella veía para lograrlo era matar a Gregory”. Casi llorando, dijo que “solo quería estar con Pamela, no lo quería matar a él”.
¿Cómo terminó el caso ante la justicia?
En marzo de 1991, un jurado declaró a Pamela Smart culpable de complicidad en primer grado, conspiración para cometer asesinato y obstrucción a la justicia, por lo cual recibió una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Entre tanto, Flynn y los otros adolescentes implicados negociaron con la Fiscalía sus procesos. En ese sentido, Flynn se declaró culpable de asesinato en segundo grado y obtuvo una sentencia mínima de 28 años y fue excarcelado en 2015, cuando tenía 44 años.
Por su parte, Pamela sigue recluida en prisión, en donde estudió, por lo cual logró obtener una maestría en literatura inglesa y otra en leyes. En 1996 tuvieron que hacerle una cirugía de reconstrucción facial tras una golpiza que recibió de otras dos prisioneras.
En junio de 2024, Smart por primera vez reconoció, en video, su responsabilidad en el asesinato de su esposo, como parte de una solicitud de reducción de su condena. Admitió que un taller de escritura carcelario la llevó a “profundizar en su propia responsabilidad”. No obstante, a pesar del reconocimiento, el Consejo Ejecutivo de New Hampshire rechazó su petición en 2022 y la Corte Suprema estatal ratificó esa decisión el año siguiente.
El caso fue tan impactante que en 1992 inspiró la novela To Die For a Dream (Todo por un sueño), que luego fue adaptada al cine en 1995 con la actuación de Nicole Kidman interpretando a Pamela y de Joaquin Phoenix interpretando a “Billy”, También se hicieron documentales y series televisivas. Ha sido analizado como un caso de manipulación y abuso de poder.
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