En su proyecto de presupuesto para 2018, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, plantea una reducción del 35 % en el presupuesto que ese país le da a Colombia.
Según muestra el documento entregado hoy al Congreso para su aprobación, el mandatario quiere que el próximo año su Gobierno le entrega a este país 251 millones de dólares para programas antonarcóticos y de paz, democracia, seguridad y desarrollo.
Esa suma está 140 millones de dólares por debajo de que propuso el expresidente Barack Obama para este año (US$ 391 millones), suma que en 2016 pasó la aprobación del Legislativo.
La reducción preocupa por el futuro de Plan Paz, el programa que el mismo Obama le ofreció a Colombia para cooperar en la implementación de los acuerdos de paz con las Farc, y que estipula darle al país 450 millones de dólares en ayudas para el posconflicto.
Al respecto, Carlos Arévalo, profesor de la maestría en Derecho Internacional de la Universidad de La Sabana y estudioso del proceso de paz, no cree que la disminución de los recursos realmente impacte en el futuro de la implementación. Según argumenta, la ayuda de Washington para drogas y terrorismo siempre ha estado muy condicionada y termina siendo, si bien un apoyo, también una especie de cuota inicial que da Colombia para continuar, por ejemplo, comprando armas y equipos a EE. UU. y haciendo mantenimiento de estos con ese país. (Lea también: Combatir las drogas, tarea que le dejó Trump a Santos).
Lo que sí evidencia el recorte, continúa Arévalo, es que la visita del presidente Juan Manuel Santos a Washington la semana pasada, ni las gestiones del exembajador en ese país, Juan Carlos Pinzón, no fue tan efectiva en temas de paz. El reto ahora para mejorar la ayuda en próximos años estará en manos del nuevo embajador, Camilo Reyes.
Pese a eso, concluye Arévalo, la novedad le deja un campanazo a Colombia de que debe dejar de ser un país dependiente de la cooperación internacional y hacer que su economía esté centrada en la productividad y eficacia de la misma.
