Cuando el mundo creía que los 28.638 contagios y 11.315 muertes habían sido historia, y que el brote de ébola con más secuelas jamás registrado se había superado, el virus continuó su expansión en África Occidental.
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio luz verde el 29 de marzo y anunció que el virus ya no constituía una emergencia sanitaria de alcance internacional, en los días siguientes tuvo que reconocer que en Guinea y en Liberia hay 11 casos confirmados.
En el primer país, explicó el organismo, el nuevo brote se originó por un contagio a través del semen de un sobreviviente, razón por la que 1.200 personas están bajo vigilancia sanitaria y fueron inmunizadas con una vacuna experimental. En Liberia, una pareja de esposos falleció por el virus y cerca de un centenar de personas que pudieron estar en contacto con ellos se encuentran bajo la lupa de los médicos.
Hasta hace poco, los eslabones de contagio del ébola eran dos: manipulación de animales infectados o contacto físico con otros pacientes. No obstante, según Luis Encinas, referente de Médicos sin Fronteras para el ébola, ahora aparece uno nuevo, el de sobrevivientes a la epidemia que conservan reductos del virus hasta por 15 meses y lo transmiten a través de la leche materna, el sudor o el semen.
“Todavía estamos descubriendo la peculiaridad del virus. Las nuevas infecciones muchos científicos las descartaban, pero ahora tendremos que investigar más”, dijo a EL COLOMBIANO Encinas, y agregó que los países con capacidad de investigación necesitan ser más activos para entender cómo evoluciona el virus y así evitar un brote con las dimensiones del que hasta hace poco se creía extinto.