La familia antioqueña Rojas Pineda vivió todo un drama la noche del pasado viernes tras los seis atentados que se registraron cerca al estadio Stade de France de París, pues uno de sus hijos y su novia se encontraban dentro del escenario disfrutando del partido amistoso entre las selecciones de mayores de Francia y Alemania.
Juan Pablo Rojas Pineda, el hijo menor de la familia relató a El Colombiano los momentos difíciles que vivieron. Juan Pablo nació en Medellín pero hace 11 años vive en París, su mamá también es de Medellín y su papá francés, igual que sus hermanos. Uno de ellos estaba con su novia en el estadio de París.
“Estaba con mis padres en mi casa mirando el partido de fútbol Alemania- Francia en la televisión, y al final del partido se escucharon dos explosiones. Al principio pensamos que era ruido de los hinchas en el estadio. Nunca pensamos que había sido una explosión, luego en las redes sociales empezamos a ver que eran ataques terroristas y comenzó el miedo porque mi hermano y su novia estaban en el estadio.
Estaban viendo el partido Alemania- Francia, los llamábamos y ellos no nos contestaban. Entonces empezamos a imaginar lo peor. Uno no sabía lo que pasaba en el lugar, porque las noticias decían pocas cosas y en el Facebook la gente comentaba puros rumores.
Mi hermano y su novia nos llamaron esta mañana y nos dijeron que todo fue horrible. Adentro del estadio nadie sabía lo que pasaba, la gente recibía mensajes sobre las explosiones, pero no sabían que era lo que estaba pasando afuera. Cuando escucharon las explosiones no sabían qué era, parecían ruidos normales del estadio.
Pero el suelo tembló, el estadio tembló. Mi hermano y su novia vieron al presidente Hollande que estaba viendo el partido, cuando se registró la primer explosión alguien vino y le dijo algo al oído y cuando hubo la segunda explosión él salió y todas las personas importantes del Gobierno también salieron con él.
Ahí comenzó el pánico, la gente no sabía qué hacer. El partido se terminó abruptamente. La gente trató de salir, pero no los dejaron, las puertas estaban cerradas. Un poco más tarde los responsables del Estadio los dejaron salir. Pero cuando las personas estaban afuera, se volvieron a escuchar disparos y mucha gente se volvió a entrar al estadio.
Cuando finalmente mi hermano y su novia los dejaron salir del estadio, fue peor, porque ellos no sabían si los terroristas estaban muertos o capturados. Nadie sabía si todavía estaban por las calles. Ellos caminaron para buscar un taxi, pero no había. Hasta que consiguieron un carro y pudieron irse para su casa. Sus celulares estaban sin batería y los noticieros decían que era mejor no salir de las casas, entonces fue bastante difícil para nosotros contactarlos y pensar que estaban por ahí en las calles. Pero al final llegaron bien a su casa.
Al principio toda era increíble porque son escenas de guerra, demasiados muertos: 130 muertos eso es enorme y 250 personas heridas. Son escenas de guerra que aquí la gente no se imagina. El Gobierno siempre decía que estábamos en guerra pero pensábamos que eso pasaba muy lejos, nunca pensamos que aquí también nos podían atacar.
Después vimos en las noticias que además de los terroristas inmolarse, en varios bares habían disparado contra todo el mundo. Yo conocía muchos amigos que viven en ese barrio y los llamé, algunos no me contestaban, pero todos están bien. No dormí en toda la noche porque todo esto es muy difícil.
Uno ve las escenas y se imagina el horror de la gente que secuestraron ese salón de conciertos Bataclan, muy famoso aquí en París. Entraron y mataron a todo el mundo. En el estadio fue lo menos grave, lo peor fue en ese salón de conciertos. Yo tengo una amiga que trabaja en un restaurante al lado y me contó que cuando escucharon los disparos, metieron a toda la gente del restaurante y cerraron todo. La gente aunque escuchaba los tiros no entendía lo que pasaba, son escenas que se ven solo en la guerra, uno no se imagina que eso pasa en París.
Otros de mis mejores amigos iban para el concierto en Bataclan, pero al final no pudieron ir. Los policías cuentan que cuando entraron ahí habían cuerpos por todos lados.
Como pasó en plena noche, hay mucha gente que no sabía lo que estaba pasando en París. Entonces hoy despertaron y llamaron a sus familiares. Toda mi familia en Colombia nos llamó a ver cómo estábamos.
Hollande, se vio en la televisión triste le dolía haber perdido tanta gente y de saber que la guerra llegaba hasta nuestras puertas. Él dijo cosas importantes y me sentí mejor, porque todas las medidas que tomó son necesarias e importantes. Claro que va a ser difícil no poder salir en París en estos días, pero es normal y creo que son medidas necesarias. Tal vez estas medidas eran mejor antes para poder defendernos de estos asesinos.
Algo tan bien calculado, tan bien preparado, que ocho personas sean entrenadas para matar y lleguen a París con esa meta de matar, uno se pregunta cómo es posible que eso pase en París. Pero tampoco significa que la vida se pare en París, que nadie venga a París, que nosotros no salgamos a la calle, porque eso sería una victoria para los terroristas. Lo que nos quieren es meternos miedo, pero no se puede seguir con miedo. No hay que dejar de ser feliz, sin olvidar estos momentos claro está. Viva La Francia y viva Colombia”.