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Manuel Valls aspira a ser el candidato de la continuidad en Francia

06 de diciembre de 2016
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En un escenario difícil, puesto que ya se prevé que se tienen que frenar las amenazas populistas y ultranacionalistas sobre la República, el primer ministro francés, Manuel Valls, anunció ayer su candidatura para las presidenciales de 2017. Espera, en principio, quedarse con las primarias de la centroizquierda y consolidar una opción fuerte para recabar no solo apoyos del tradicional Partido Socialista, sino de diversos grupos progresistas.

El anuncio lo hizo en Evry, su fortín electoral —fue alcalde de la ciudad entre 2001 y 2012—, mientras que informó que renunciará a su alto cargo en el gobierno hoy martes. Esto ocurre además cuatro días después de que el presidente François Hollande descartara la posibilidad de presentarse a una reelección.

Durante su intervención, llamó la atención la postura distante que mostró ante las políticas de la Unión Europea, de las que, paradójicamente, ha sido partícipe el gobierno socialista al que pertenece.

“Quiero dar todo por una Francia que me ha dado tanto. Quiero que Francia sea independiente, inflexible en sus valores”, aseguró. Si esta frase daba lugar a ambigüedades respecto al bloque europeo, luego añadió sobre una parte del debate migratorio que se da en su país: “es ilusorio pensar que va a resolver el problema de la población gitana a través de la inserción única (...) Los romaníes están destinados a regresar a Rumania y Bulgaria, y para ello se necesita que la Unión Europea, junto con las autoridades de Bulgaria y Rumania, se puedan asegurar que estas personas retornen a su país”.

Era evidente: el hasta hoy premier francés, que siempre se consideró parte del ala más derechista de los socialistas, mostraba sus ideas más conservadoras para insinuar que está en condiciones de pelear a los populistas de derecha a pesar de que las encuestas afirman lo contrario.

“Se nos dice que la izquierda no tiene ninguna posibilidad, que no se unirá nunca, que la extrema derecha ya está calificada de oficio, que (el conservador François) Fillon es el próximo presidente, pero nada está escrito. Nuestras vidas valen más que los pronósticos”, aseguró.

Efectivamente, la primera dificultad que tendrá que sortear la izquierda es unirse para superar el descontento ciudadano, que en casos como el de Valls, le da un 69 % de impopularidad.

No obstante, según una encuesta de Ifop, Valls está muy cerca de lograr la candidatura de la tradicional bancada, con 45 % de intención de voto frente a 25 % de su más cercano rival, Arnaud Montebourg, del ala izquierdista.

Su reto en cualquier caso será unir una fraccionada izquierda y evitar llegar débil ante una derecha fortalecida por el descontento y el avance del populismo.

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