El sismo que azotó a Haití este fin de semana recordó lo vulnerable que es este país centroamericano, y trajo a la mente las imágenes registradas en el sismo de enero de 2010, en el que murieron al menos 300.000 personas, según la Cruz Roja Internacional, y otras cerca de 350.000 personas resultaron heridas.
Esta vez, el movimiento de tierra alcanzó una magnitud de 5,9 grados en la escala de Richter y produjo, hasta el momento, 14 muertes y por lo menos heridas en 200 personas más, según los datos suministrados por el gobierno.
En su cuenta de Twitter, Jovenel Moïse, presidente de Haití, dio cuenta de su visita a las zonas afectadas, principalmente en Port-de- Paix, sitio del epicentro, a 175 kilómetros de Puerto Príncipe, la capital, e indicó que quiere asegurarse de que el “aparato estatal esté totalmente movilizado para ayudar a las víctimas” y recuperarse rápidamente.
El sismo se registró a una profundidad de 15,3 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.