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Abimael Guzmán, el otrora líder del movimiento guerrillero Sendero Luminoso, que azotó a Perú entre 1980 y 1992, cumplió ayer 26 años tras las rejas. Una noche antes, un tribunal de la república lo condenó, de nuevo, a cadena perpetua, junto a otros 10 integrantes del movimiento guerrillero.
De acuerdo con las fuentes judiciales de Perú, este fallo se da luego de encontrarlos responsables de un atentado con carrobomba, perpetrado en 1992 en Lima, la capital, el cual dejó un trágico desenlace de 25 muertos, y es reconocido como el más letal. Sin embargo, es necesario recordar que según el informe final de la Comisión de la Verdad de Perú, publicado en 2003, el conflicto interno dejó un saldo de 69.280 víctimas.
En el proceso que llevó a la nueva condena fueron 12 los senderistas que estaban siendo juzgados, pero una de ellos, Elizabeth Cárdenas, fue absuelta, tras pagar 15 años de cárcel y argumentar que no integraba la cúpula del grupo.
Otro caso es el de Moisés Limaco, quien no recibió la sentencia, pues escapó, aprovechando que no tenía prohibición para salir del país. De acuerdo con la oficina de Migración del Perú, su fuga se dio el pasado 11 de junio, al abordar un vuelo de Air France, con destino a París.
“Debido a que el acusado tiene pleno conocimiento de su situación jurídica de reo contumaz –en firme–, se ordena su inmediata ubicación y captura”, dijo el tribunal .
Este es, sin duda, un revés del máximo líder de esa guerrilla, pues desde diciembre pasado, su abogado, Alfredo Víctor Crespo Bragayrac, había solicitado la libertad bajo los mismos argumentos que se dio el indulto que el expresidente peruano Pedro Pablo Kuczynski le concedió al Alberto Fujimori, el domingo 24 de diciembre: la avanzada edad y los problemas de salud.
Al finalizar el año pasado, en diálogo con EL COLOMBIANO, el abogado había indicado que era un tema de justicia con Guzmán, quien estaba pagando su pena por terrorismo.
En ese momento, Crespo Bragayrac manifestó que la crisis peruana se deriva de los problemas que trajo la guerra interna que se vivió y que, por esta situación, buscaban una “amnistía general” para civiles, militares y policías involucrados en ejecuciones extrajudiciales, desaparecidos y exiliados.
Frente a la decisión de la justicia, el presidente peruano Martín Vizcarra, publicó en su cuenta de Twitter que “la condena a la cúpula de Sendero Luminoso por el atentado en Tarata trae justicia a las víctimas y deudos de este crimen. Los enemigos del Perú deben permanecer en la cárcel”.
Pese a que la condena quedó en firme y, por ahora, Guzmán no saldrá indultado por la justicia peruana, vale recordar que durante una audiencia en junio de 2017, el líder de Sendero Luminoso dijo que no tenía “nada que ver” con el ataque por el cual fue sentenciado a cadena perpetua, aunque lo calificó como “un monstruoso error”. Sin embargo, esta versión fue cuestionada por Óscar Ramírez Durand, quien era el número tres de esta guerrilla –hoy enemigo del líder–, quien pidió perdón a los familiares de las víctimas y culpó a Guzmán”.