viernes
7 y 9
7 y 9
Por quien doblaron las campanas en la tarde de ayer en la Catedral de Notre Dame fue, por supuesto, por las víctimas de los ataques del pasado viernes 13 de noviembre, en París.
Estas comenzaron a sonar a las 18:15 horas, durante quince minutos en los que la plaza que rodea el templo estaba llena de gente que se acercó a dar aliento a los familiares.
En los alrededores, el silencio y algunas velas y flores acompañaron el acto, aunque la intervención del dispositivo de seguridad recordó pronto que toda manifestación está prohibida con motivo del estado de emergencia decretado por el gobierno de Francois Hollande.
Lea aquí: Francia bombardea campamento del Estado Islámico en Siria
El resto de la ciudadanía se mantiene, con la masacre fresca en la memoria de los parisinos y el mundo: “no tenemos miedo y por eso estamos aquí”, declaró a Efe Malzac Michelle, quien acudió al lugar.
Así, la ciudad intentó como pudo volver a la normalidad. En Twitter se reiteraron las fotos de los restaurantes parisinos repletos en la tarde dominguera, con los comensales desafiando al temor de que un nuevo ataque se produjera.
Lea aquí: Hollande decreta duelo de tres días y señala al Estado Islámico
Estampida
Signos de ese miedo se vieron, no obstante, en la que entonces era una concurrida plaza de La Republique. Allí, cientos de personas entraron en pánico y salieron corriendo en una estampida colectiva. La masa quedó aterrorizada por una circunstancia aún no aclarada, al parecer un sonido fuerte pero inofensivo.
Pronto retornó la calma, pero quedó plasmado el estado de alerta en que permanece la ciudad tras los cruentos atentados.
En cualquier caso, ciudadanos comunes y corrientes empezaron a movilizarse para que retorne la normalidad a la urbe y se pase la página del estado de conmoción que está golpeando su cotidianidad.
“Hay que demostrar que la vida es más fuerte, que París está de pie. No hay que dejar que el miedo gane, porque es entonces cuando dejas de vivir”, dijo a Efe Ludovic Mouly, uno de los muchos ciudadanos que se acercaron a la emblemática plaza para transmitir su apoyo.
“Han querido meter miedo a los franceses, que nos retiremos del combate, desestabilizar el país”, añade Carole, de 50 años de edad, que no puede evitar tener la duda de que, quizá, la vigilancia de las autoridades no fue suficiente.
Lea aquí: Ismael Omar Mostefai, de delincuente común a yihadista
Identificación
Mientras tanto, la investigación policial avanza con diligencia. Ayer se supo que otro de los perpetradores de la matanza fue identificado como Ismael Omar Mostefai, quien tenía 29 años.
Se trata de otro ciudadano francés, nacido en París, que participó de los ataques, además del sujeto proveniente de la localidad de Courcouronnes, del que no se conocen más detalles.
Mostefai fue identificado por el hallazgo de un trozo de un dedo suyo en el teatro Bataclan, que sufrió la peor masacre del viernes. La información fue divulgada por el diputado y alcalde de la localidad de Chartres, Jean-Pierre Gargantas, y confirmada por el diario Le Monde.
Según la misma publicación, Mostefai era de raíces argelinas, tenía cuatro hermanos y viajó a Siria durante varios meses a finales de 2013 e inicios del 2014. Por último, este había sido condenado varias veces por delitos comunes entre 2004 y 2010.
Vea aquí: Se conocen nuevos videos del atentado en el teatro Bataclan
El fiscal de París, Francois Molins, dio en un documento más detalles de cómo los yihadistas pusieron en marcha estos crueles atentados.
Divididos en tres equipos y pertrechados con un material bélico similar, los siete terroristas suicidas que masacraron a 129 personas en París “actuaron muy coordinados y siguiendo las órdenes externas del Estado Islámico (EI)”.
Los seis diferentes ataques se llevaron a cabo en apenas unos minutos, los que transcurrieron entre las 21:20 y las 21:53 hora local.
Actualmente, está en curso una operación internacional para rastrear y capturar a posibles yihadistas y cómplices en la fuga. Uno de ellos fue identificado por Interpol como Abdeslam Salah. de 26 años, nacido en Bruselas, Bélgica. Su hermano, según la alerta emitida, ya fue detenido por las autoridades belgas bajo sospecha de haber participado en la planeación de los atentados.
Tal como dijo con anterioridad el internacionalista Hasan Turk a EL COLOMBIANO, “con estos ataques de París se puso en evidencia el peligro que significa el hecho de que estos grupos terroristas recluten personas con ciudadanía europea, a los que entrenan para que retornen luego a suelo europeo, listos para matar”.
Cifras: certezas y dudas
Tras dos días de incertidumbre frente a las víctimas, autoridades identificaron a 103 de las 129 reportadas muertas. Así lo anunció en rueda de prensa el primer ministro del país, Manuel Valls. “El resto debería ser identificado en las próximas horas”, agregó.
El funcionario reconoció que “esta tarea de reconocimiento es dolorosa para las familias y la espera es insoportable. Por este motivo la nación debe unirse para apoyarlos”.
“Ningún profesional las puede consolar, pero podemos ayudar en los procedimientos. Los acompañamos también en el terreno jurídico y financiero para aliviarlos en este momento difícil”, recalcó.
El domingo siguió la línea de confusión frente a las cifras, que caracterizó a los portavoces de las autoridades policiales, sanitarias y políticas de Francia desde el viernes.
Así, por una hora, los medios internacionales habían elevado el número de muertos a 132, con base en un comunicado del organismo que gestiona los hospitales parisinos, AP-HP, y que daba cuenta de tres heridos fallecidos ayer.
El hecho fue desmentido después por un portavoz de las autoridades de salud de la ciudad, quien dijo que esos muertos ya estaban en la cifra entregada por la fiscalía.
Eso sí, de la información entregada a la prensa mundial por parte de AP-HP, se puede resaltar un hecho: 35 de las 99 personas que estaban graves ya se recuperaron y no están en peligro; también se puede advertir que 42 personas siguen necesitando el servicio de reanimación. Por ahora, París quiere vivir sin miedo.